Por Cat Kerr
El hermano Christopher pasa quince horas a la semana en su escritorio de Samaritan House. Siente una nostalgia mientras responde a llamadas y correos electrónicos. Exmiembro del personal de Samaritan House y ahora capuchino, el hermano Christopher vive muchos momentos déjà vu, pero con un nuevo giro. La principal diferencia entre su experiencia pasada en Samaritan House y su trabajo actual radica en su vestimenta y una conexión espiritual más profunda en su servicio.
Hace dos años, tomó la decisión de dejar su trabajo como especialista de admisión en Caridades Católicas para seguir un llamado más profundo al servicio. Se unió a los capuchinos en el verano de 2022 y realizó sus votos iniciales en agosto pasado, comprometiéndose a seguir sirviendo a los pobres. La Orden de los Capuchinos es una rama de la Orden Franciscana que sigue las enseñanzas y el ejemplo de san Francisco de Asís. Los capuchinos enfatizan una vida de pobreza, humildad, sencillez y servicio a los pobres, siguiendo el espíritu de san Francisco.
Su primer impulso hacia el servicio surgió cuando decidió estudiar trabajo social en su estado natal de Kansas. Para continuar su formación, solicitó y consiguió una entrevista en Samaritan House en el 2019, poco después de graduarse. Condujo ocho horas para asegurarse de conseguir el puesto, y lo logró. Decidió quedarse en Denver para acompañar a las personas sin hogar mientras trabajaba en Samaritan House del 2019 al 2021.
Durante sus dos primeros años de formación, el hermano Christopher profundizó en teología, espiritualidad y la vida comunitaria. A través de la oración y la reflexión, creció en humildad, y aprendió a estar presente para los demás en su sufrimiento y alegría.
Ahora, al volver a Samaritan House, ya no es simplemente Christopher Bennett, el especialista de admisión. Es el hermano Christopher, integrando las experiencias de su formación en las interacciones que tiene en Samaritan House.
“Tengo mucho déjà vu, en el buen sentido. Es diferente ahora, porque noto que más personas vienen a mí. Quieren hablar conmigo sobre Dios y por qué llevo lo que llevo. Es un cambio con respecto a antes. Ahora puedo desarrollar más relaciones y ayudar a las personas en su camino espiritual”, compartió el hermano Christopher.

Cuando trabajaba tiempo completo en Samaritan House, el hermano Christopher fue reconocido por su dedicación y paciencia con un premio de empleado del mes en Caridades Católicas, un logro destacado en una agencia con más de 500 empleados y 76 ubicaciones. Ahora trae esas mismas cualidades a su trabajo en Samaritan House como parte de su formación. En tres años, hará sus votos perpetuos.
Regresando al trabajo que lo trajo a Denver en primer lugar, el hermano Christopher sabe que está exactamente donde pertenece. La misión de Caridades Católicas se entrelaza con la de los capuchinos: ser las manos y los pies de Jesucristo para servir a los pobres. Estar de vuelta en Samaritan House es un recordatorio para el hermano Christopher de que Dios lo colocó aquí por una razón. Este próximo capítulo de su vida le ofrece una oportunidad única de combinar lo antiguo con lo nuevo, las experiencias pasadas con el llamado presente. El camino del hermano Christopher apenas comienza: una aventura continua de fe, servicio y fraternidad.