En medio del ajetreo de la temporada de Adviento, mientras las campanas sonaban para marcar el inicio y el final de las jornadas escolares, la escuela Our Lady of Loreto en Foxfield se llenó de alegría mariana. Mientras que la arquidiócesis de Denver conmemoraba los Días de Oración a María en diciembre, la comunidad escolar celebró su primera “Semana de María”, dedicada a la gran Madre de Dios.
Estas festividades arquidiocesanas únicas datan al menos de 1984 y sirven como un llamado a una devoción más profunda a nuestra Santísima Madre. Para la escuela Our Lady of Loreto, los días de oración fueron un bello impulsor para la comunidad, la educación y el encuentro con Cristo a través de su madre, gracias al dedicado trabajo del padre David Bluejacket, párroco de la parroquia, y de Deanne Martinez, directora de la escuela.
Comenzando con la solemnidad de la Inmaculada Concepción, los estudiantes asistieron a Misa, rezaron el rosario y participaron en la adoración en varias ocasiones durante los días de oración, ofreciendo hermosos himnos y devociones a la Madre de Dios.
“Me sentí bendecido al ver cómo los niños adoraban a Jesús a través de María”, expresó el padre Kevin Kasel, vicario parroquial de Our Lady of Loreto, sobre los poderosos momentos de oración y celebración durante la “Semana de María”.
Para hacer las conmemoraciones aún más especiales, la comunidad de la escuela Our Lady of Loreto celebró su fiesta patronal con el cardenal J. Francis Stafford. El cardenal se unió a la comunidad escolar para ver una breve obra de teatro dirigida por el maestro de lenguaje y literatura de sexto grado, el Sr. Stachler.
“Los estudiantes quedaron asombrados al ver cómo la historia se desarrollaba frente a ellos, culminando con cuatro alumnos vestidos como gloriosos ángeles que levantaban la casa de María y la trasladaban a través del altar, alejándola del peligro”, explicó John-Paul Sullivan, subdirector de Loreto.
Después de la obra, el cardenal Stafford ofreció una conmovedora reflexión sobre su tiempo con el papa san Juan Pablo II durante la Jornada Mundial de la Juventud, mostrando fotos de esa icónica experiencia y destacando la misión del santo pontífice de guiar a todas las personas hacia Jesucristo, tal como María lo ha hecho a lo largo de los siglos.
La “Semana de María” continuó con más oportunidades de oración, celebración y comunidad, como un día especial en el que los estudiantes vistieron de azul y blanco, disfrutaron de donas y celebraron con alegría la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.
Para honrar a la gran Patrona de las Américas, la escuela se reunió en adoración y reflexión, y los estudiantes tuvieron la oportunidad de rendir homenaje a María colocando una rosa a sus pies. Luego de la oración, los alumnos participaron en la tradición de romper una auténtica piñata mexicana de siete picos, que representa los siete pecados capitales.
“Los estudiantes aprendieron que pegarle a la piñata es un acto simbólico contra el pecado, y que los dulces representan la dulzura que se obtiene cuando el pecado es destruido”, explicó John-Paul.
En resumen, la celebración fue un tiempo de alegría mariana, incluso en medio del ajetreo que preceden a las festividades decembrinas. La “Semana de María” fue una bendita oportunidad para reunirse en oración y comunidad, honrando a la Santísima Madre y a su Hijo.
“La Iglesia nos da tantas razones para regocijarnos, y la maternidad de María me llena de esa alegría”, concluyó Deanne.