Por Kate Quiñones | ACI Prensa
El arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, ha convocado una jornada de oración ante el aumento de la violencia durante las protestas contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés), tras arrestos de inmigrantes no autorizados que residían en la ciudad.
El arzobispo ha instruido a las parroquias de toda la arquidiócesis a celebrar Misas especiales por la paz y la unidad, e invitó tanto a católicos como a no católicos a orar por la paz en medio de los disturbios.
El padre Juan Ochoa, responsable de la Oficina de Culto de la arquidiócesis de Los Ángeles, animó a los fieles en un mensaje a volver su mirada a Cristo.
“En este tiempo de agitación e incertidumbre, volvemos nuestro corazón a Dios, fuente de toda paz”, dijo en el mensaje del 10 de junio.
El sacerdote exhortó a las parroquias a ofrecer intenciones especiales y sugirió que los fieles participen en prácticas de oración como la Liturgia de las Horas, la adoración eucarística y la Coronilla de la Divina Misericordia. También animó a rezar el rosario en familia, ayunar, leer la Sagrada Escritura y orar la novena al Sagrado Corazón.
“Como seguidores de Jesús y miembros de su Iglesia, estamos llamados a ser instrumentos de reconciliación, sanación y esperanza”, afirmó.
Según la arquidiócesis, el arzobispo tenía previsto celebrar una Misa al mediodía del pasado miércoles en la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles “para unir a nuestras comunidades en oración durante este tiempo de agitación”.
El prelado “invita a todos los católicos y a las personas de buena voluntad a orar por nuestra nación, y especialmente por nuestra comunidad inmigrante y local en este tiempo tumultuoso”, añadió el padre Juan.
La arquidiócesis también está animando a los católicos a participar en una vigilia de oración a la luz de las velas.
Michael Donaldson, director del Departamento Arquidiocesano de Vida, Justicia y Paz, invitó a los residentes de la ciudad a encender una vela a las 6 p. m. del pasado 10 de junio “para que, por medio de la oración, estemos unidos por la paz en nuestras comunidades, dondequiera que estemos”.
Una vigilia de oración interreligiosa ya había sido programada para el domingo por la noche en el Ayuntamiento de Los Ángeles, pero fue pospuesta debido a la escalada de violencia.
“Con tantas personas viviendo con miedo, esperamos compartir un mensaje de paz y esperanza, uniendo nuestras oraciones con las de otros en todo el sur de California para poner fin a la violencia, traer sanación y lograr un camino hacia la reforma de nuestro sistema migratorio roto”, dijo Donaldson.
A medida que aumentaron las tensiones durante el fin de semana, el arzobispo José Gomez hizo un llamado a la “moderación y la calma”, y exhortó al Congreso a arreglar el “roto” sistema migratorio del país.
Tras redadas del ICE en múltiples lugares de trabajo, comenzaron los disturbios el 6 de junio y se intensificaron con los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden durante el fin de semana.
La noche del sábado, el presidente Donald Trump desplegó a la Guardia Nacional a pesar de la oposición del gobernador de California, Gavin Newsom.
Desde entonces, el presidente ha enviado cientos de marines al estado para unirse a las tropas de la Guardia Nacional en la protección de propiedades y personal federal, así como en tareas de seguridad para los agentes del ICE.
Mientras tanto, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, impuso un toque de queda en algunas zonas del centro de la ciudad.