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sábado, mayo 31, 2025
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Encontrar la fe entre las llamas: Testimonio de un diácono bombero

Por Caitlin Wojtasek

El año 2024 marca el 50º Jubileo del Diaconado Permanente en la arquidiócesis de Denver. A través de la predicación, el servicio, la adoración y la oración, los diáconos sirven al pueblo de Dios de maneras singularmente especiales a través de sus diversos ministerios y vidas. Este artículo es uno de una serie de artículos que El Pueblo Católico publicará en el 2024 y que presentará a diáconos locales o a un ministerio diaconal. Hay muchos santos diáconos que fueron martirizados por su fe. En este año de Jubileo, los diáconos de la arquidiócesis de Denver piden oraciones a través de la intercesión de san Euplio de Catania, diácono y mártir.

Para el diácono Derrick Johnson, los heroicos esfuerzos de los socorristas del 11 de septiembre cambiaron su vida. Lo inspiraron a cambiar su camino profesional, dejar ROTC (un programa militar que forma a estudiantes universitarios para servir en el ejército estadounidense), en la Universidad de Colorado en Boulder y dedicarse a la lucha contra incendios.

En el 2005, el diácono Derrick se convirtió en bombero de Denver. “Tenía la carrera de mis sueños”, dijo. Sin embargo, le faltaba algo.

El diácono Derrick creció como católico, pero, como muchos, dejó de practicar su fe en la universidad. “Me alejé de ella. Nunca la negué, pero no vi la relevancia en mi vida”, compartió. Pero sí sentía relevancia y significado en su ocupación como bombero.

“Amaba mi trabajo. Amaba a los muchachos. Amaba estar en el parque de bomberos. Amaba la cultura, todas las cosas buenas que venían con ella”, agregó el diácono. Luego compró una casa, se casó con la mujer de sus sueños y juntos dieron la bienvenida a su hijo al mundo en el 2010.

“Tenía pasatiempos, tenía amigos, tenía todas estas cosas buenas. Pero había una soledad en mi corazón”, aseguró.

Después del fallecimiento de la abuela de su esposa y el deseo de su propia esposa de regresar a la fe católica, Derrick comenzó a tomar clases de confirmación con una fecha fijada para ser completamente bienvenido en la Iglesia.

Este tiempo de fe renovada y enamoramiento de Jesús también estuvo marcado por las trágicas muertes de varios bomberos por suicidio.

“Estábamos empezando a tener algunas charlas sobre salud mental en el departamento de bomberos”, recordó el diácono Johnson. “Estábamos empezando a ver cómo los bomberos lidian con el trastorno de estrés postraumático, cómo lidian con la compartimentación, cómo nos medicamos y cómo nos tratamos por las cosas que vemos en el trabajo”.

No importa el tipo de llamado, ya sea uno que esperan recibir u otra emergencia trágica, el diácono Derrick dijo que servir a las personas necesitadas, especialmente en los momentos más oscuros, tiene un costo.

“Los llamados que se salen de la norma son los que resultan mayormente horribles”, dijo el diácono, reflexionando sobre las tragedias que pesan sobre los bomberos y que a menudo pueden conducir a la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático y, a veces, al suicidio. “En mi corazón, sentí una agitación, como si hubiera algo que necesitaba hacer y para lo que Dios me pedía que fuera un instrumento, pero no sabía qué era eso”.

Incluso en tanta oscuridad, Dios continuó plantando semillas en su corazón, ya que incluso antes de que el diácono Derrick fuera confirmado en el 2014, un querido amigo sacerdote suyo, el padre Bill Breslin, le dijo que debería considerar convertirse en diácono.

“Me reí y dije: ‘Padre Bill. Soy un católico muy malo. No sé de qué estás hablando, de ser diácono”. Aunque en ese momento se rio, esa conversación y la idea de convertirse en diácono echaron raíces en su corazón.

Johnson fue confirmado en diciembre del 2014 en su parroquia natal de St. John en Loveland, que había visto cinco vocaciones sacerdotales y cinco diaconales en el lapso de solo unos pocos años.

Aunque era relativamente nuevo en la fe, la atracción hacia el diaconado continuó.

“Seguía sintiendo estos empujoncitos, ya fueran homilías o feligreses que se acercaban y me hablaban al azar sobre sus vidas”, recordó el diácono.

Pero la idea de convertirse en diácono, la formación y educación que se requerirían le resultaban abrumadoras.

“Recién me habían confirmado y teníamos un niño pequeño, pero le dije a mi esposa que solo necesitábamos asistir a uno de estos retiros de discernimiento, solo para ir y ver, porque este sentimiento no desaparecía”, recordó.

A través de los altibajos del proceso de formación, Dios continuó atrayendo al diácono Johnson hacia sí y le dio paz en este llamado.

“Seguí sintiendo el llamado de que esto no es solo para ti. Esta vocación tiene como objetivo devolverle algo al departamento de bomberos, devolverle algo a sus hermanos y hermanas en el trabajo que están luchando y necesitan escuchar una historia como la suya”, dijo el diácono Derrick. “Estaba muy claro que Dios me estaba pidiendo que hiciera un trabajo como capellán”.

Convencido por este llamado, y con el apoyo de su familia y amigos sacerdotes, fue ordenado diácono permanente el 26 de junio del 2021.

Además de su función diaconal en la parroquia Assumption en Denver, continúa como teniente en Denver Fire y administra el cuerpo de capellanes de la comunidad de Denver Fire.

El diácono Derrick trabaja con el coordinador de bienestar del departamento y la red de apoyo de pares, al mismo tiempo que administra un equipo ecuménico de capellanes que atiende las necesidades espirituales de la comunidad. En colaboración con psicólogos y terapeutas locales, el cuerpo de capellanes proporciona una salida necesaria para que los hombres y mujeres de Denver Fire procesen lo que experimentan en el trabajo.

Gran parte de su trabajo en el cuerpo de capellanes implica estar presente en el parque de bomberos y estar disponible para conversaciones que pueden conducir a algo más. Debido a que Johnson ha trabajado como bombero durante 20 años, conoce las dificultades y los obstáculos específicos que acompañan a esta línea de trabajo. Entiende las capas de trauma y complejidad que surgen de trabajar en un trabajo que involucra la vida y la muerte.

«Son estas pequeñas conversaciones las que suceden, las pequeñas llamadas telefónicas o mensajes de texto. Son personas que pasan por mi oficina que quieren hablar sobre algo que tiene que ver con el departamento de bomberos, y de repente, tres horas después, estamos en el meollo de un matrimonio, o de una pérdida que han experimentado, o algo que están procesando», dijo.

«Puedo empatizar con lo que están experimentando, ya sea por una llamada traumática de primeros auxilios, ya sea en su matrimonio o sus hijos, o con su familia o amigos porque soy uno de ellos», agregó el diácono.

Además de estar físicamente presente en el parque de bomberos, Derrick a menudo usa sus clérigos como un signo visible no solo de su fe personal, sino también de su generosa respuesta al llamado del Señor.

«Durante nuestras graduaciones de la academia de bomberos, vengo vestido con mis clérigos y doy la bendición», dijo Johnson. “El solo hecho de estar allí de pie con el alzacuellos, de pie allí no como el teniente Derrick Johnson, sino como el diácono Derrick Johnson, planta muchas semillas”.

El diácono Derrick sabe que Dios lo ha invitado a una misión específica a través de su trabajo como diácono-bombero. Su testimonio espiritual a sus hermanos y hermanas en Denver Fire es aún más poderoso porque está con ellos codo a codo en su heroico trabajo.

“Trato de hacer mi parte para estar a la altura de las grandes cosas que me han sido dadas. Dios ha hecho tanto en mi vida y me ha pedido que use esos talentos para glorificarlo”, dijo el diácono.

Y aunque ese doble llamado puede parecer desalentador o abrumador, él solo siente paz.

“Mi trabajo es presentar a Jesús, pero las chispas que surgen de eso, eso es obra de Dios”, concluyó.

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