“Yo soy de la generación pro vida”, decía en español varias pancartas que sostenían los participantes de la Marcha por la Vida, la cual se realizó el pasado 16 de enero en cercanías al edificio del capitolio de Colorado en Denver.
Miles de fieles de diferentes parroquias y también de distintas iglesias cristianas, se reunieron para proclamar la defensa del no nacido y para mostrar su inconformidad con la ley Roe v. Wade, establecida el 22 de enero de 1973, en la cual el aborto fue legalizado en todos los estados de este país.

Antes de la marcha se celebraron de manera simultánea tres Misas en el Centro de Denver y una más en español en la parroquia Queen of Peace de Aurora. Después el Arzobispo Samuel Aquila dirigió unas palabras a los participantes y destacó el hecho de que varios jóvenes se denominen como “generación pro vida” y que realicen esfuerzos para defender al no nacido, los cuales han dado ya varios frutos como el hecho de que algunos estados tengan leyes que limiten la práctica del aborto o que las mujeres cuenten con más recursos y una mayor conciencia para llevar a término su embarazo.
El Arzobispo también pidió a los allí presentes, orar siempre por la conversión de aquellos que apoyan el aborto y por las madres que están presionadas a terminar con la vida del hijo que llevan en su vientre, para que se dejen tocar por la verdad y la misericordia de Dios.
Hablan los marchantes
La Marcha por la Vida contó con varios participantes de habla hispana. Entre ellos los integrantes de la Pastoral Juvenil de Denver. “Tenemos que defender la vida sobre todos los peligros que están sufriendo los bebes”, dijo Roberto Blanco, uno de los marchantes. “A una mujer que quiere abortar le diría que hay esperanza y ayuda por medio de diferentes organizaciones”, indicó.
Por su parte, Gabino Esparza de la parroquia Saint Agustine de Brighton dijo que quiso asistir a la marcha “por esa vida que no tiene voz y que son los niños en el vientre de la madre”.
“Toda mujer debe ver las alternativas para que su hijo crezca como Dios manda”, indicó Gabino.
Antonia, de la parroquia Saint Therese en Aurora dijo que quiso asistir a la marcha porque “he visto en mi juventud varios casos de jóvenes que han abortado a sus hijos. Ahora ya serían unos hombres, pero en ese entonces no había la confianza en los padres y a veces ellos las amenazaban o incluso las llevaban a que abortaran”, recordó Antonia conmovida. “Ahora me da gusto que exista esta marcha y haya apoyo para las personas que están en la edad reproductiva. Si hubiera habido esta conciencia antes, no habría habido tantos abortos”, indicó la marchante.