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martes, agosto 19, 2025
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Regreso a la fe: el renacer silencioso en nuestras iglesias 

Por Clare Kneusel-Nowak 

La Iglesia está viviendo un renacer silencioso, especialmente entre los jóvenes de la generación Z y los millennials. Cada vez más jóvenes están buscando a Dios y lo están encontrando en la Iglesia Católica. 

Desde la elección del papa León XIV, las búsquedas en Google de “cómo hacerse católico” han aumentado hasta en un 373 %. La cantidad de nuevos católicos en Inglaterra, Irlanda y Francia ha sido noticia en todo el mundo. Y en Estados Unidos también se reportan cifras récord de personas que han sido acogidas por la Iglesia: en la Universidad de Notre Dame, en Florida Central, en Los Ángeles, Boston, Omaha y diócesis de todo el país. 

Este renovado entusiasmo por la fe católica también puede sentirse con fuerza, aunque en silencio, en la Arquidiócesis de Denver. 

“Es impresionante”, comentó el padre Ernest Bayer. “Pareciera como que ya nos damos abasto”. 

El padre Ernest es párroco de Immaculate Heart of Mary Parish en Northglenn. Su parroquia ha visto un aumento constante en los bautizos de adultos desde 2020 (de 25 ese año a 52 esta última Pascua). 

“Cada fin de semana alguien se me acerca y me dice: ‘Quiero saber más sobre la fe católica’”, compartió. 

Su comunidad ha respondido al hambre de Cristo —especialmente entre los jóvenes— con un celo misionero y evangelizador, a través de medios tecnológicos, eventos comunitarios, ministerios y grupos juveniles. Al final, de acuerdo con el padre Ernest, es el Espíritu Santo quien sale al encuentro de las personas y las lleva hasta la parroquia, a veces de maneras sorprendentes. 

“Había un hombre que pasaba en bicicleta por nuestro estacionamiento de camino al trabajo, y un día simplemente sintió el llamado a entrar para ver qué había”, recordó. “Era un martes por la noche, y justo estaban reunidos los del proceso OICA (Orden de Iniciación Cristiana de Adultos, por sus siglas en inglés), . Se sentó y luego pasó por todo el proceso para hacerse católico”.

Para Tom Colclazier, un nuevo católico de la parroquia Immaculate Heart of Mary en Northglenn, la Eucaristía lo es todo. «Estoy deseando recibir la Eucaristía», afirmó en una entrevista antes de su conversión al catolicismo en la primavera de 2025. (Foto proporcionada)

 

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¿Qué está atrayendo a tantas personas a la Iglesia? Hay muchas respuestas, pero entre las más comunes están el “renacimiento” de la apologética católica en internet, las raíces estadounidenses del nuevo papa, el Avivamiento Eucarístico y el aumento de actividades de alcance en las parroquias. 

El padre Ernest atribuye mucho de este interés a la incapacidad del posmodernismo de llenar “el vacío del tamaño de Dios” en el corazón humano. 

“Creo que la cultura actual en Estados Unidos… empieza a sentirse cada vez más vacía y sin sentido”, dijo. “No les está dando a las personas lo que realmente quieren. No les está dando ‘vida en abundancia’ ni alegría. Están buscando algo sólido sobre lo cual edificar su vida, y lo están encontrando en el catolicismo”. 

El padre Brian Larkin, párroco de Our Lady of Lourdes Parish en Denver, coincidió en que muchos ya no están dispuestos a aceptar la visión posmoderna del mundo. 

“La cosmovisión implícita del secularismo… les dice a las personas que sus vidas no tienen un sentido último, que el mundo en que vivimos es una especie de accidente cósmico, que la verdad es simplemente una palabra que encubre una voluntad de poder. Esa visión del mundo está agotada y gastada”, dijo. “El mensaje exigente del Evangelio no solo confronta al hombre moderno, también lo inspira y lo eleva en esperanza y amor”. 

Este sentir fue compartido con fuerza por todos aquellos con los que hablé en la arquidiócesis. 

“Creo que en un mundo inestable, cada vez menos cristiano, hay un deseo de estabilidad y de regresar a los valores católicos tradicionales”, me dijo el padre John-James Arcidiacono, CSJ, vicario parroquial de la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción en Denver. 

“Creo que ha crecido el interés en el catolicismo porque el mundo es cada vez más eficaz para generar hambre, pero sigue sin poder saciarla. Las personas están hambrientas de la verdad, y esa hambre los lleva al único que puede saciarla: nuestro Señor Eucarístico”, añadió Rachel Carlson, coordinadora de formación en la fe para adultos en Light of the World Parish en Littleton. 

El programa OICA en Light of the World ha pasado de 18 personas en 2024 a 30 en 2025. Ya han recibido 70 consultas para el año siguiente. La edad promedio de los participantes actuales es de 31 años. 

Liza Hayden, una adolescente con un fuerte testimonio de fe, fue una de las nuevas católicas recibidas en la Iglesia, en la parroquia Light of the World, en Littleton, la pasada Pascua. A pesar de un pasado lleno de sufrimiento y vacío, está llena del amor del Señor. (Foto: André Escaleira, Jr.)

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Ryan Long, director del programa OICA en Our Lady of the Valley en Windsor, cree que más jóvenes están llegando a la fe católica porque descubren que responde al anhelo del corazón humano como solo puede hacerlo una relación viva con Cristo. 

“Creo que las personas no están encontrando la felicidad que pensaban que iban a hallar en el mundo. La mayoría de los jóvenes que llegan están en la universidad o recién graduados. Y esa etapa puede traer mucha alegría, pero también mucha soledad cuando uno está lejos de casa y buscando su camino. Son como san Agustín, cuya fe fue sembrada desde niño. Poco a poco, ‘la religión de su infancia’ vuelve a llamarlos”, explicó. 

Shirley McDermott, directora de formación en la fe de adultos en Our Lady of Loreto Parish en Foxfield, donde entre 45 y 50 personas fueron acogidas en la Iglesia el año pasado, cree que muchos están buscando una verdad a la que puedan aferrarse con fuerza. 

¿Qué está llevando a la gente a la Iglesia? Shirley no puede señalar una sola cosa. “Solo sé que están buscando la verdad, y la están encontrando aquí, en la Iglesia Católica”. 

“Las personas quieren una enseñanza clara, incluso si es exigente, porque la exigencia también atrae”, añadió el padre John, aludiendo al deseo de los conversos de una verdad auténtica y desafiante, como la enseñanza católica sobre la sexualidad, frente a la promiscuidad desenfrenada de la cultura. “De hecho, en última instancia, la ven como una buena noticia”. 

Al vivir centrados en Cristo, dijo, las personas están descubriendo que “allí es donde se encuentra la verdadera felicidad, donde se halla el verdadero amor. Cuanto más sigues la enseñanza de la Iglesia sobre la castidad, más puedes tener relaciones auténticas y significativas”. 

El padre John señaló que con frecuencia acompañan a católicos con atracción hacia personas del mismo sexo en la Catedral. “Vienen porque desean vivir conforme a la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad, y descubren que su felicidad está en ese esfuerzo”. 

Hace tres años, calculó que el programa OICA de la Catedral contaba con unas 12 personas. En los dos años siguientes, rediseñaron el programa y llegaron a unos 50 participantes. Este último año, 80 personas recibieron los sacramentos en la Vigilia Pascual, y esperan un número similar para el próximo año. 

Para Kira Roark, nueva católica recibida en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción en Denver, la fe es algo profundamente personal y, a la vez, más grande que ella. Movida por la belleza, su devoción a María y un lazo familiar con la catedral, regresó a la Iglesia esta pasada Pascua. (Foto: Daniel Petty)
Para Kira Roark, nueva católica recibida en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción en Denver, la fe es algo profundamente personal y, a la vez, más grande que ella. Movida por la belleza, su devoción a María y un lazo familiar con la catedral, regresó a la Iglesia esta pasada Pascua. (Foto: Daniel Petty)

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De igual manera, Our Lady of the Valley en Windsor vio cómo los bautizos de adultos se duplicaron en los últimos tres años (de 13 en 2023 a 31 en 2025). El párroco, el padre Gregg Pederson, contó la historia de una joven no católica, de unos 20 años, que comenzó a asistir a Misa por su creciente interés —especialmente en la Eucaristía. 

“Me preguntó si podía apuntarse a una hora de adoración, aunque aún no fuera católica”, recordó. “Le dije: ‘¡Claro que sí!’” 

El padre John también señaló que el aumento en los números no solo se refleja en más personas en Misa, sino en un fuerte crecimiento en las confesiones. 

“Siempre hay fila”, dijo. “Por estar en el centro, creo que mucha gente viene aquí a confesarse”. 

“Tenemos confesiones todos los días, y la gente no para de llegar”, añadió el padre Ernest, observando lo mismo en su parroquia. “Viene mucha gente. Algo está pasando”. Señala que muchos penitentes llevaban treinta años o más sin confesarse y ahora se sienten movidos por el Espíritu a regresar. 

“La gracia está fluyendo desde el cielo”, dijo. 

El sacramento del matrimonio también sigue atrayendo a muchas personas a la Iglesia, observó el padre John. Calcula que unas 100 parejas se inscriben cada año en la preparación matrimonial en la Catedral, y algunas terminan decidiendo hacerse católicas. 

Contó la historia de una pareja que se casó esta primavera. “Él ya era católico y ella no planeaba hacerse católica, pero durante la preparación matrimonial, al conocer más la fe, decidió hacerlo. Se casaron con Misa y ella pudo recibir la Sagrada Comunión con su esposo”. 

La preparación matrimonial, explicó, puede ser una excelente manera de acercar a adultos que quieren casarse por la Iglesia pero no han estado asistiendo a Misa cada domingo. 

“Es una buena oportunidad para ayudarlos a retomar el hábito de ir a Misa”, dijo sobre el ministerio de la Catedral con parejas comprometidas, que ha dado espacio “para que uno o ambos vuelvan a vivir su fe católica”. 

Incluso antes de la preparación matrimonial, las relaciones y la vida comunitaria pueden ser caminos que acercan a la fe, añadió Ryan. 

“Varias personas han dicho que llegaron por un novio o novia, o un amigo, y sintieron algo distinto. Esta Iglesia se sentía viva, vibrante”, compartió. 

Anna y Taylor Nelson se casaron en el Santuario Madre Cabrini en marzo de 2025, tras años de lento y silencioso crecimiento espiritual. (Foto: Fotogramas de Trinity, cortesía de los Nelson).

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Para otros conversos, la belleza de la liturgia y de la arquitectura eclesial ha sido un poderoso catalizador de reflexión y conversión, añadió el padre John. Recordó el caso de una estudiante de la escuela preparatoria East que visitó la Catedral como parte de una clase sobre religiones del mundo. 

“Dijo que sintió la presencia de Dios ahí más que en cualquier otra iglesia. Así que cuando llegó a su último año, simplemente empezó a venir”, contó. 

Para el padre Brian, estas conversiones son fruto de un regreso a la oración y a la intimidad con Cristo como Iglesia. 

“Cuando la Iglesia vive desde una conexión profunda con los misterios de Dios, se vuelve más ella misma y emana una belleza innegable”, dijo. “Creo que eso está ocurriendo —al menos en algunos lugares— con nuevo vigor en nuestro tiempo”. 

Our Lady of Lourdes en Denver ha visto un crecimiento constante en el número de miembros de OICA: de 17 bautizos y 12 confirmaciones en 2020 a 56 bautizos y 13 confirmaciones en 2025. 

“Creo que en Lourdes hemos crecido en evangelización porque hemos evitado las falsas dicotomías de adoptar el espíritu del tiempo o rechazarlo por completo. La Iglesia trae lo eterno al tiempo; demuestra que la belleza eterna del Evangelio puede tener cabida en el 2025”, agregó. 

En el caso de una joven, fue la belleza de la música clásica lo que la llevó a descubrir algunos de los tesoros del canto sagrado de la misa. Nacida en Corea y bautizada como metodista, llegó a Estados Unidos como violonchelista profesional. Tras hacerse amiga de una católica que asistía regularmente a Misa, se sintió llamada a participar en el programa OICA de la Catedral y hacerse católica. 

“A los jóvenes les atrae la música más tradicional, el canto gregoriano, el latín, la reverencia, el misterio, la santidad”, comentó el padre Ernest. “Un par de jóvenes se ofrecieron para formar una schola. Ahora cantan en Misa dos veces al mes. Son jóvenes. Quieren cantar canto gregoriano”. 

Sedientos de verdad, bondad y belleza, el mundo —y en particular los jóvenes— busca algo más: una realidad sensible que ofrece la fe católica y que contrasta con lo puramente digital. 

“Estos jóvenes están encontrando en la Iglesia algo tangible y real que no encuentran en ningún otro lugar… Cuando puedes oler el incienso, ver la luz de las velas, oír la música, saborear la Eucaristía… cuando experimentas una presencia encarnada, tangible, real… eso hace que la fe sea algo imposible de simular en el mundo digital”, explicó Ryan. 

Si bien la era digital tiene sus ventajas, reconocen el padre Ernest y el padre John, también señalan el renacimiento de la apologética católica en internet y la cantidad de recursos excelentes disponibles para cualquiera con conexión. 

Sea cual sea la razón, está claro que muchas personas están llegando en masa a la Iglesia Católica, incluso aquí mismo, en el norte de Colorado. Y ese cambio muchas veces no tiene explicación humana. 

“Mucha gente simplemente está viniendo”, dijo Ryan. “Tenemos una buena cultura de pequeños grupos, pero la mayoría de los interesados en OICA no llegan por ahí. Cada semana recibo un par de correos o llamadas de personas que me dicen: ‘He estado yendo a misa y quiero saber más’. Otras me dicen: ‘Un amigo me refirió contigo’”. 

Aunque las parroquias, los sacerdotes y los fieles están cooperando con el Espíritu en toda la arquidiócesis, es el Espíritu Santo quien atrae a los nuevos fieles a la Iglesia. 

“Creo que, en el fondo, es el Espíritu Santo tocando sus corazones”, dijo el padre Ernest. “Todos hemos sido creados para Dios”. 

Para quienes no estamos directamente involucrados en la formación OICA, aún queda algo por hacer para apoyar la obra del Espíritu: orar, orar y orar más. 

“¡Recen más! Simplemente recen más y pidan que venga el Espíritu Santo”, concluyó Shirley. 

 

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