La muerte de Brittany Maynard ha sido conocida en todo el mundo. Ella misma se encargó de anunciarla públicamente en un video de youtube. Tal como advirtió, ella decidió ingerir una droga letal que acabó con su vida, porque no quería sufrir las consecuencias del agresivo cáncer que le fue diagnosticado hace unos meses. Esta mujer de 29 años, fallecida el pasado 1 de noviembre, fue parte de una campaña liderada por el movimiento Compassion and Choice (compasión y elección), que busca que el llamado “suicidio asistido” fuera legal en todo Estados Unidos.
Colorado en la mira
El video en el que Brittany explica las causas de su decisión tuvo más de 9 millones de visitas, las cuales, según Mickey MacIntyre, de Compassion & Choices en entrevista con la cadena BBC, “se traducirán el día de mañana, en personas que defiendan el derecho a morir dignamente”.
La directora ejecutiva de la Conferencia Católica de Colorado (CCC), Jenny Kraska, dijo que Colorado está en la mira de los que promueven la legalización del “suicidio asistido” y otras formas de eutanasia, debido a que Compassion and Choices tiene una sede en Denver.
“Pienso que esto lo hace un blanco probable”, dice Kraska. “Colorado, a lo largo de su historia ha atraído este tipo de movimientos y ha servido como una especie de experimento”, asegura la directora de CCC.
Actualmente la legislación de Colorado califica como un crimen u homicidio involuntario, el hecho de que alguien, de manera intencional, ayude a otra persona a suicidarse.
En un artículo publicado por el Denver Catholic Register, Kraska aseguró que es posible que el proyecto de legalización del suicidio sea propuesto durante la próxima sesión legislativa en Colorado. “Creo que ellos (quienes abogan por la aprobación de esta ley) piensan que su elección será aceptada”, dijo.
Muchos estados, a lo largo de la historia, han rechazado propuestas de leyes para prescribir drogas letales a pacientes.
Así ocurrió en 1997 cuando la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a declarar constitucional el derecho a acceder al suicidio asistido. Sin embargo, luego de que en 1994 Oregón aprobara la ley de suicidio asistido, llamándola “muerte con dignidad”, otros tres estados (Washington, Montana y Vermont) aprobaron estas leyes. A comienzos de este año, un juicio en Nuevo México, falló a favor de los médicos que ayudaron a pacientes terminales a quitarse la vida.
“La legalización del suicidio asistido representa una amenaza especial para los más vulnerables”, dice una declaración de la Conferencia de Obispos Católicos de Colorado. “Las personas que corren un mayor riesgo por este tipo de políticas públicas destructivas son los ancianos, los discapacitados, aquellos que no tienen una adecuada atención médica, o no están afiliados a un seguro de salud. En otras palabras, personas que representan un costo para sus familias y para el Estado”.
Cultura anti vida
Así como Brittany, existen otras personas que en nombre de la “compasión” y la “calidad de vida” deciden acabar con la vida de sus seres queridos.
En Reino Unido, el pasado mes de agosto, Charlotte Fitzmaurice Wise ganó el caso ante la Corte Suprema de su país, por el que le fue permitido desconectar a su hija Nancy de doce años, quien nació ciega, con hidrocefalia, meningitis y septicemia; con incapacidad de hablar y caminar. Fue la primera vez que Inglaterra permitió la eutanasia para una persona que no tiene una enfermedad terminal y que puede respirar por sí misma. Nancy murió el pasado 21 de agosto.
“Mi hija ya no es mi hija… ahora no es más que un envoltorio”, escribió Fitzmaurice a la Corte Suprema buscando acelerar la muerte de Nancy.
El sentido del sufrimiento
Durante la enfermedad de Brittany algunas personas que padecen también de cáncer terminal, le aconsejaron reconsiderar su situación. Así lo hizo el seminarista Phillip Jhonson de 30 años, quien le escribió una carta diciendo: «El sufrimiento y el dolor de corazón, que es parte de la condición humana, no tiene que ser desperdiciado e interrumpido por miedo o buscando control en una situación aparentemente incontrolable».
También lo dijo Kara Tippetts, enferma de cáncer y madre de cuatro hijos: “Al escoger tu propia muerte, le estás robando a aquellos que te aman con tanta ternura, la oportunidad de estar contigo en tus últimos momentos y poderte ofrecer amor en tu último aliento”.
Por su parte, el Arzobispo de Denver, Mons Samuel J. Aquila, dijo: “Contrariamente a la comercialización de Compassion and Choices, el suicidio asistido está lejos de ser compasivo. Les roba a la gente la oportunidad de ser transformadas mediante el sufrimiento, el ofrecer su dolor como un acto de amor por los necesitados de oraciones. Esto está perfectamente modelado para nosotros por Jesús en la cruz”.