Cuando las Hermanitas de los Pobres anunciaron su partida de la Arquidiócesis de Denver en el 2022, se llevaron consigo un ministerio muy querido al servicio de los ancianos, cuya ausencia sin duda se ha sentido.
El lugar donde las hermanitas vivieron y sirvieron por más de un siglo, el Mullen Home for the Aged, ha permanecido en su mayoría vacío en el vecindario de Highlands en Denver, con sus pasillos ahora silenciosos, pero todavía colmados de un rico legado de cuidado y compasión católica. En la escritura de la propiedad, J. K. Mullen declaró que, si las hermanitas llegaban a marcharse, la propiedad regresaría a la Arquidiócesis. Tras un período de oración y discernimiento, quedó claro que el legado del Mullen Home debía continuar a través de un nuevo ministerio, igualmente dedicado a servir y a defender la dignidad de los adultos mayores.
Mullen Residences at the Highlands será una comunidad dinámica para adultos mayores, arraigada en los mismos valores católicos que caracterizaron a Mullen Home, pero guiada por una misión renovada para el mundo de hoy. Inspirada por las voces de antiguos residentes, colaboradores y voluntarios, esta transformación reconoce que Mullen nunca fue solo un lugar para vivir. Era un verdadero hogar.
“Durante muchos años, Mullen Home fue un lugar donde los adultos mayores eran atendidos con dignidad y amor”, escribió el arzobispo de Denver, Samuel J. Aquila, en una carta a los fieles de la arquidiócesis. “Fundado por J. K. y Catherine Mullen y encomendado a las Hermanitas de los Pobres, fue un recordatorio constante de que Cristo está presente en los pobres y en los ancianos. Su legado no es algo que simplemente recordamos, es algo que estamos llamados a continuar”.
“Mullen Residences se está construyendo para la gente de nuestra arquidiócesis, ya vivan en la ciudad, los suburbios, las llanuras o las montañas”, continuó, señalando incluso que él mismo planea llamar hogar a esta nueva comunidad una vez que se retire como arzobispo. “También será un hogar para nuestros sacerdotes jubilados, cuya presencia será una gran bendición y una fuente de inspiración”.

Una comunidad para adultos mayores centrada en la fe
Las Hermanitas de los Pobres fueron fundadas por Jeanne Jugan en 1839, cuando levantó de las calles de Saint-Servan, en Francia, a una viuda anciana, ciega y enferma en una fría noche de invierno, y la llevó a su casa para cuidarla.
Desde su llegada a Denver en 1917 hasta su partida en el 2022, las hermanitas y el Mullen Home fueron sinónimos dentro de la comunidad católica de Denver. En el mismo espíritu de la fundadora de su congregación, las hermanitas sirvieron de manera silenciosa y humilde a los ancianos en Denver sin buscar reconocimiento alguno, acompañando en paz a sus residentes durante los últimos años de su vida hasta su último aliento en esta tierra.
“Durante más de un siglo, Mullen Home ha sido testigo del amor de Cristo, pues las Hermanitas de los Pobres han servido a los residentes del hogar con amor, compasión y dignidad, sostenidas por la caridad de tantos que han apoyado la misión, y gracias inicialmente al generoso donativo de J. K. Mullen y su familia”, dijo el arzobispo Samuel tras el anuncio de la partida de las hermanitas. “En nombre de los obispos que me precedieron y de la Arquidiócesis de Denver, sepan que su testimonio nos ha inspirado a vivir el llamado del evangelio en los más de 100 años en que han servido aquí”.
Cuando llegó el momento de decidir qué sería del Mullen Home después de la partida de las hermanitas, el arzobispo Samuel pidió al empresario y líder católico local Tom Heule encabezar un comité para discernir, en oración, cómo podría utilizarse mejor la propiedad. El comité oró en la misma capilla donde las Hermanitas oraban todos los días en Mullen Home y pidió al Señor que guiara su decisión.
“El arzobispo formó este comité, y el comité, a través de la oración, discernió la necesidad de continuar honrando el legado de las Hermanitas de los Pobres, de brindar una identidad católica muy fuerte en un entorno para adultos mayores, y de considerar la posibilidad de servir a sacerdotes jubilados”, explicó Tom.
Con ese fin, Mullen Residences se ha asociado con Christian Living Communities, un líder confiable en el cuidado de adultos mayores por más de 50 años, para dar nueva vida al campus. La propiedad recibirá una renovación importante para recibir a adultos mayores en la nueva comunidad para el año 2029. Sin embargo, a pesar de todas las reconstrucciones, se tiene la intención de preservar la capilla original como una forma de honrar el legado de las hermanitas.
A diferencia de otras comunidades para adultos mayores, Mullen Residences fue fundada como una organización sin fines de lucro, lo que significa que cualquier ganancia será reinvertida en la Arquidiócesis de Denver y sus ministerios para apoyar la misión de la Iglesia en el norte de Colorado.
Pero, sobre todo, dijo Tom, Mullen Residences destacará entre otras comunidades para adultos mayores por su identidad católica integral, intencional y única. Desde el acceso diario a los sacramentos hasta la presencia de sacerdotes jubilados y un enfoque plenamente católico hacia la comunidad y el cuidado, “la diferencia principal es el hecho de que somos plenamente católicos”.
Un legado perdurable y una misión nueva
Con Mullen Residences, la arquidiócesis responde aún más a la necesidad de pasar del mantenimiento a la misión en esta nueva era apostólica. Mientras que Mullen Home atendió históricamente a ancianos pobres durante más de 100 años, sostenido principalmente por donativos caritativos, Mullen Residences busca responder a los tiempos y probar algo nuevo para el bien de la Iglesia en general y de los diversos ministerios de la arquidiócesis.
Para Patrick Brady, director ejecutivo de bienes raíces de la arquidiócesis, esto significa seguir al Espíritu Santo y encontrar maneras nuevas y más sostenibles de apoyar las misiones y ministerios que la Iglesia está llamada a llevar adelante.
“Una reflexión que tenemos en la arquidiócesis, pero también en el mundo, es que tal vez Dios nos está llamando a ver a las generaciones pasadas y cosas como el Mullen Home de una manera nueva, y lo hemos llamado ‘margen para la misión’”, explicó Patrick.
En otras palabras, la arquidiócesis busca usar los bienes que le han sido confiados por generaciones de donantes fieles de maneras nuevas e innovadoras para responder a las necesidades de la siguiente generación de fieles en esta era apostólica. En vez de vender la propiedad, la arquidiócesis espera determinar “si un ministerio próspero, hermoso y auténticamente católico como Mullen Residences puede encontrar suficiente apoyo en el mercado para sostenerse no solo a sí mismo, sino también para apoyar y fortalecer a la comunidad católica en todo el norte de Colorado”.
Al operar de manera independiente y como un proyecto de “margen para la misión”, y al mismo tiempo continuar la hermosa obra de misericordia y compasión que las hermanitas realizaron durante más de 100 años, Mullen Residences puede mirar hacia el futuro y, con esperanza, crear un medio para apoyar a otros ministerios en la arquidiócesis. Si Mullen Residences tiene éxito financiero, la arquidiócesis podrá reorientar el excedente de ganancias para financiar otros ministerios.
Aunque vivir en Mullen Residences implica un costo, la comunidad permanece dedicada a cuidar a los adultos mayores con compasión y dignidad, en fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia. El modelo de precios está diseñado para quienes han llamado Colorado su hogar por mucho tiempo y buscan mudarse a un lugar más adecuado sin dejar su comunidad. De manera importante, el costo de vivir en Mullen Residences también ayuda a sostener ministerios en toda la arquidiócesis, incluidos aquellos que sirven a los ancianos pobres, lo que permite a los residentes apoyar la misión de la Iglesia mientras disfrutan de un hogar centrado en la fe.
“Todos los adultos mayores necesitan ser acompañados espiritualmente”, dijo Patrick. “Aman su fe, y el hecho de haber alcanzado cierto éxito financiero en la vida y elegir vivir en esta hermosa propiedad no los hace menos dignos de ser evangelizados y de participar sacramentalmente en la vida de la Iglesia”.
Al mismo tiempo, Patrick confía en que donantes generosos harán posible que Mullen Residences ofrezca becas a residentes con menos recursos, incluidos sacerdotes jubilados, mediante un fondo caritativo que se establecerá cuando la propiedad esté en funcionamiento. Esta generosidad permitiría a Mullen Residences invitar a más fieles a pasar sus últimos años viviendo en una comunidad católica vibrante, sin depender de subsidios gubernamentales, programas o ayudas que con frecuencia imponen condiciones que podrían poner en riesgo la identidad católica de la comunidad.
Aunque la misión de Mullen Residences se llevará a cabo de manera distinta a la de su predecesor, el legado de las Hermanitas de los Pobres perdurará a través de su obra misericordiosa al servicio de los ancianos.
“Estamos llenas de alegría de que nuestra labor del último siglo en el Mullen Home continuará a través de Mullen Residences”, dijo la madre Julie Horseman, provincial de las Hermanitas de los Pobres. “Es un gran regalo para la comunidad de Denver que esta importante obra de compasión, servicio y misericordia continúe. Nos alegra apoyar la visión de esta nueva comunidad para el próximo siglo”.
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Para más información, visita mullenresidences.org.

