“En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor” (Lc 1, 39-45).
En cierto sentido, la visitación de la Virgen María, embarazada con Jesús, a su prima Isabel es la primera procesión eucarística, la primera peregrinación cristiana en la historia. Con el ejemplo de María, la Iglesia también sale al encuentro. Somos una Iglesia en marcha. No caminamos solos; al igual que Jesús acompañaba a María en su primera peregrinación, él también camina con nosotros.
Hoy, Jesús continúa en peregrinación con nosotros. Del 5 al 12 de junio, Jesús Eucaristía visitará la arquidiócesis de Denver. Con la culminación del Avivamiento Eucarístico Nacional en el Congreso Eucarístico Nacional este julio, la Peregrinación Eucarístico Nacional dará testimonio al mundo de que Jesús está vivo en la Santísima Eucaristía, afirmando sus palabras: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida” (Jn 6, 55).
A pesar de la crisis de fe en esta verdad maravillosa, muchos fieles de todas partes del país se han unido a la peregrinación para reavivar su fe y devoción al Santísimo Sacramento de amor. El catecismo nos enseña que “La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana” (1324). Sin este santísimo sacramento, la Iglesia no existiría. La vida de la Iglesia proviene de la Eucaristía.
¿Estamos listos para recibir esta peregrinación eucarística en la arquidiócesis de Denver? Al igual que Jesús visitó a Isabel en el seno de María, nuestro Señor, escondido en la Santísima Eucaristía, también nos visita en su camino a Indianapolis este verano. Jesús quiere que lo recibamos y, como san Juan Bautista, saltemos de gozo en su presencia. Esta peregrinación será una excelente oportunidad de crecer aún más en nuestro amor con Jesucristo, presente en la Eucaristía. Es posible que una oportunidad como esta no se vuelva a repetir en nuestros tiempos.
El Congreso Eucarístico Nacional culminará con el comienzo del Año de Misión. En la arquidiócesis de Denver, debemos prepararnos en oración, aumentando nuestro ardor y celo por llevar a nuestra fe en Jesús verdaderamente presente en la Eucaristía a todos los lugares donde ha de ser recibido. Así como María se apresuró a visitar a Isabel, también debemos convertirnos en misionarios eucarísticos en toda la arquidiócesis para que muchos corazones estén enardecidos de amor por nuestro Señor Eucaristíco.
La intención de oración del arzobispo para el mes de junio, el mes dedicado a la Sagrada Eucaristía, es para que los fieles profundicen su devoción a Jesús, presente en la Eucaristía. Todos estamos invitados a unirnos en oración con el arzobispo Samuel J. Aquila para que, a través de la Peregrinación Eucarística que comienza en nuestra arquidiócesis días después de la fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), nuestra arquidiócesis pueda aprovechar la oportunidad de profundizar nuestra devoción y amor por la Eucaristía, reavivando en nosotros la identidad misionera de la Iglesia.
¡Alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar! ¡Qué sea amado y alabado por todos ahora y siempre!