La luz de la mañana se derramaba sobre los picos de la cordillera Gore cuando fieles católicos de todo el condado de Eagle comenzaron a llegar al Anfiteatro Gerald R. Ford el pasado 10 de agosto, llenando el recinto al aire libre con oraciones y cantos. Por primera vez en la historia de este anfiteatro, se celebró allí la Sagrada Eucaristía, presidida por el arzobispo Samuel J. Aquila.
Esta liturgia única reunió a feligreses de las parroquias del Valle — St. Clare of Assisi en Edwards, St. Mary en Eagle y St. Patrick en Minturn — formando una expresión visible de unidad en la fe.
La santa Misa fue más que un hito para el lugar. También representó un momento para unir esfuerzos y apoyar la ambiciosa campaña de recaudación de fondos en la región, destinada a construir dos nuevas iglesias que atenderán a la creciente comunidad católica en Eagle River Valley.
Hasta la fecha, la campaña ha recaudado más de 20 millones de dólares para reemplazar el espacio temporal de culto en St. Clare y construir un hogar más grande para St. Mary. Este logro tan significativo es testimonio de la dedicación y generosidad de la comunidad, reflejando una visión compartida hacia un futuro más esperanzador. En esta nueva etapa, el objetivo es reunir 3 millones de dólares adicionales, con la intención de iniciar la construcción en el verano de 2026, en colaboración con Eidos Architects.
Impulsando aún más este esfuerzo, el arzobispo Samuel ha prometido una generosa contribución de 1 millón de dólares y un terreno en Gypsum para la futura iglesia de St. Mary. Estos gestos no solo reflejan su compromiso personal, sino que también destacan el respaldo de la Arquidiócesis de Denver a esta vibrante comunidad de montaña, en su crecimiento y florecimiento espiritual.
“Estamos profundamente agradecidos con el arzobispo Aquila por su liderazgo, generosidad y presencia entre nosotros en este momento tan importante”, expresó el padre José María Quera, párroco de las parroquias del Valle. “Esta celebración de la Eucaristía en el corazón de Vail es signo de la providencia de Dios y de la profunda fe de nuestra comunidad. Agradecemos a todos — cercanos y lejanos — que han contribuido con tanta generosidad para ayudarnos a construir un hogar espiritual duradero en las montañas”.
Al concluir con la bendición final, los asistentes permanecieron un rato más, saludando a amigos, respirando el aire puro de la montaña y llevando consigo la alegría de la mañana de regreso a los valles y pueblos cercanos. Para muchos, la liturgia de ese día fue un recordatorio de que, incluso en las zonas rurales, la Iglesia está profundamente arraigada en el corazón de su pueblo.
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Para más información sobre la campaña de recaudación de fondos, visita: www.vailvalleychurchfund.org