Como cristianos, no cabe duda de que cada día es una batalla para despojarnos de lo viejo y vestirnos de lo nuevo por amor a Dios y al prójimo. Pero somos débiles y a menudo negligentes. Afortunadamente, la Iglesia nos da el tiempo de Cuaresma para hacer esto de manera intencional y con más atención. Si bien uno ciertamente debe concentrarse en liberarse de sus propios apegos, también es un momento apropiado para que las parejas, ya sean casadas o que estén pensando en casarse, desarrollen hábitos que los ayudarán a crecer en virtud como pareja, lo que a su vez será invaluable a medida que crían a su familia actual o futura. Por eso, fortalecer nuestra vida de oración, desapegarnos de ciertas prácticas y entregarnos para ayudar a los necesitados son prácticas que vale la pena realizar juntos durante la Cuaresma. A continuación, te presentamos algunas ideas que pueden ayudar a las parejas a lograr este objetivo.
Orar juntos todos los días
Es fundamental desarrollar el hábito de la oración en pareja. Cristo es lo que sostiene un matrimonio y lo lleva a convertirse en lo que está llamado a ser. Comprometerse a la oración diaria, aunque sea sólo por unos minutos, será importante para discernir el matrimonio, prepararlo y sostenerlo. Esta resolución también los ayudará a responsabilizarse mutuamente y a garantizar que pongan a Cristo en el centro. La oración puede ser espontánea o algo estructurado, como el Rosario, una novena o la lectura diaria del Evangelio.
Hora santa semanal
En el matrimonio realmente se necesitan tres: el marido, la mujer y Jesús. Pasar tiempo con Cristo en el Santísimo Sacramento es una excelente manera de fomentar la relación de pareja con Cristo y es transformador. Nos ayuda a apreciar y prepararnos mejor para la Sagrada Comunión, ese momento en el que Cristo se une a nuestros cuerpos y almas para fortalecernos y transformarnos. Dedicar tiempo a la Adoración Eucarística en pareja puede ser una fuente de gracia abundante para el matrimonio y el discernimiento. ¿Qué mejor manera de abrirse a la voz y la guía de Dios que estar con él cara a cara? ¿Pueden hacer juntos más de una hora santa a la semana? ¡Inténtenlo!
Reemplazar algo valioso
Lo que decides renunciar durante la Cuaresma no necesariamente tiene que ser algo malo o pecaminoso. También estamos llamados a dejar de lado ciertas cosas buenas que nos gustan o disfrutamos para desapegarnos de ellas y centrarnos en fomentar nuestra relación con Dios, nuestro bien supremo. Con este fin, considera reemplazar algo que disfruten como pareja con otra práctica que pueda ayudarlos a acercarse más a Dios juntos o a vincularse de una manera diferente. Si les gusta ver un buen programa o una película los fines de semana, lean un libro juntos, salgan a caminar rezando el Rosario o realicen otra actividad significativa.
Desconéctense de la tecnología
La tecnología es como el humo: puede expandirse y ocupar todos los espacios disponibles y, de alguna manera, también colarse en espacios no deseados. Si no tenemos la intención de ponerle límites, puede convertirse en un verdadero problema en nuestro matrimonio y familia. Procuren guardar sus teléfonos celulares cuando pasen tiempo juntos. Haga del contacto visual intencional con su cónyuge una prioridad en lugar de mirar una pantalla. Dejen sus teléfonos celulares a un lado en otro lugar si es necesario. No se arrepentirán.
Lean un libro espiritual juntos
Leer un buen libro conduce a conversaciones significativas que pueden ayudar a formar una espiritualidad conjunta y garantizar que los cónyuges estén en sintonía con respecto a cómo inculcar la vida espiritual en sus hijos. Puedes elegir un libro o texto sobre el matrimonio o la familia o incluso un clásico espiritual. San Benito exigía que todos sus monjes eligieran y leyeran un libro espiritual de principio a fin durante la temporada de Cuaresma. Hacer esto en pareja puede traer muchos frutos para la relación y sin duda beneficiará a nuestros futuros o actuales hijos.
Ser voluntario o servir juntos
El Señor nos llama a salir de nosotros mismos durante el tiempo de Cuaresma. Los padres deben aprender a amar entregándose una y otra vez por amor a Dios y a sus hijos. En otras palabras, una pareja no puede permanecer centrada en sí misma; están llamados a dar frutos. Ser voluntario y servir juntos es una excelente manera para que una pareja salga de sí misma y se encuentre con otras personas necesitadas. Puede ser tan simple como ser voluntario periódicamente en la cena, el banco de alimentos, el programa de educación religiosa o cualquier otra actividad de su parroquia. También puede ser tan simple como visitar y estar más atento a familiares y amigos que necesitan apoyo. En Denver, tenemos la suerte de tener ministerios como Caridades Católicas y Christ in the City (Cristo en la Ciudad) que siempre necesitan voluntarios.
Encuentren una comunidad
Cada pareja y familia necesita una comunidad. Es importante encontrar otras parejas que también se esfuercen por formar familias católicas. Realmente se necesita un pueblo para formar una familia. No tenga miedo de asistir a los eventos de su parroquia local y conocer personas que comparten una visión de vida similar. Sus hijos necesitarán amigos que compartan sus creencias y otros ejemplos de cómo es vivir la fe en el mundo. Estas amistades también pueden resultar importantes en tiempos difíciles para su familia en el futuro.