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sábado, abril 27, 2024
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Cómo elegir a la persona correcta para casarse

Por, Anthony St. Louis-Sánchez, juez, Tribunal Eclesiástico de la arquidiócesis de Denver

¿Existe alguna app para elegir a la persona correcta? Hoy en día, parece que las aplicaciones y la tecnología nos han brindado muchas formas de mejorar nuestras vidas, mediante la planificación, la programación e incluso en la búsqueda de la persona adecuada para un trabajo. La inteligencia artificial está demostrando ser valiosa para muchas tareas humanas. Pero ¿podría una aplicación ayudar a encontrar el cónyuge perfecto? Las aplicaciones de citas pueden ayudar a encontrar una pareja romántica, incluso una con gustos similares, pero el proceso de discernimiento del matrimonio es algo humano, y no puede depender de la tecnología o la inteligencia artificial.

Vocación del matrimonio

El discernimiento del matrimonio es un proceso complejo de evaluación y consideración de muchos factores. Es importante encontrar a alguien con intereses, gustos y valores similares para tener un matrimonio fuerte y saludable. Pero esto no es todo lo que hay que hacer para discernir el matrimonio. Primero, cada individuo debe hacerse una pregunta fundamental: ¿me está llamando Dios a la vida matrimonial? El matrimonio es una vocación para toda la vida. La vocación de cada individuo ya sea al sacerdocio, al diaconado, a la vida religiosa o a la vida de soltero o de casado, es una invitación única de Dios a emprender el camino de la santidad y, en última instancia, alcanzar el cielo. Cada vocación está diseñada para llevar a la persona a una mayor santidad y a cumplir el plan único que Dios tiene para cada uno de nosotros. ¿Quiere Dios que crezca en santidad y encuentre mi propósito en la vida a través de la vocación del matrimonio? Cada uno debe responder esta pregunta por sí mismo.

Preguntas difíciles

Una vez que hayas respondido esta pregunta específica, todavía queda mucho discernimiento por hacer. Aunque sé que Dios me llama a la vida matrimonial, la elección individual de cónyuge requiere un discernimiento más particular. ¿Puedo imaginarme despertando junto a esta persona por el resto de mi vida? ¿Me veo comprometido con esta persona por el resto de mi vida, pase lo que pase? ¿Puedo verme siendo fiel a esta persona por el resto de mi vida? Estas son las preguntas difíciles que cada individuo debe responder.

El proceso de encontrar a la persona adecuada para casarse y considerar si pudiera ser un buen cónyuge está lleno de muchas dificulta – des que surgen del hecho de que somos criaturas inseguras que no pueden ver el futuro. Si pudiera ver el futuro, sería más fácil discernir si quiero estar unido a esta otra persona por el resto de mi vida. Sin embargo, la vida tiene una manera de ponernos obstáculos que no se pueden anticipar. Dicho esto, estos obstáculos no necesariamente condenan una relación.

El matrimonio y sus retos

El matrimonio no promete la felicidad tal como la define el mundo. El matrimonio puede incluir sufrimiento y grandes dificultades. El matrimonio no nos hace inmunes a las dificultades de la vida, pero sí nos proporciona una pareja que nos acompañará y ayudará a sobrellevar las cargas de la vida. Así, ambos cónyuges deben practicar diariamente la entrega de sí al otro. Si me caso buscando mi propia felicidad, probablemente me sentiré frustrado. Pero si me caso buscando la felicidad de mi cónyuge, dispuesto a dar mi vida, mis intereses y mis deseos al servicio de mi cónyuge, encontraré lo que mi corazón desea. En este sentido, Cristo es el ejemplo perfecto. Jesús derramó su vida por su esposa, la Iglesia, hasta el punto de morir en una cruz. ¿Soy capaz y estoy dispuesto a dar mi vida desinteresadamente por mi cónyuge, tal como lo demostró Jesús?

Cristo en el matrimonio

La disciplina de la Iglesia establece que los católicos deben casarse con católicos. Un compromiso religioso común de ambos cónyuges es un camino seguro para encontrar la gracia necesaria para perseverar en el compromiso matrimonial. Al mantener a Cristo como base de la vida matrimonial, los cónyuges están preparados para soportar cualquier cosa que la vida les depare. Incluso si tu cónyuge no es católico, es importante compartir una fe común en Cristo, razón por la cual a los católicos se les puede permitir casarse con un no católico bautizado. Jesús puede ser el fundamento del matrimonio, incluso si ambas partes no son católicas. Se vuelve más difícil, pero no imposible, fomentar un matrimonio de por vida entre un creyente y un no creyente. Con una dispensa, a un católico se le puede permitir casarse con una persona no bautizada. Si un católico se casa con una persona no bautizada, es importante que el cónyuge bautizado mantenga a Cristo en el centro de la relación. A través de la oración y del buen ejemplo, el cónyuge bautizado puede llevar al otro a experimentar el amor de Cristo y quizás servir como impulsor de su conversión.

Discernimiento

El discernimiento del matrimonio requiere la evaluación y consideración de todos estos aspectos. También requiere que la pareja esté libre de presiones e influencias externas e internas. La elección de entrar en el sacramento del matrimonio pertenece únicamente a las personas involucradas, no a la familia, los amigos ni la sociedad. Por tanto, las partes deben estar libres de influencias indebidas de otros.

Elegir a la persona adecuada para casarse no es una decisión que debe tomarse a la ligera, pero lo que Dios desea para la pareja se hará cada vez más claro siempre y cuando ellos busquen la voluntad de Dios y se esfuercen por crecer juntos en santidad. Por encima de todo, mantén la oración en el centro de tu relación, ¡y no te equivocarás!

 

Este artículo fue traducido del inglés  y se publicó en la edición de la revista de El Pueblo Católico titulada «La llave para un matrimonio santo». Lee todos los artículos o la edición digital de la revista AQUÍ. Para suscribirte a la revista, haz clic AQUÍ.

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