Por Andrew McGown, director ejecutivo de la Oficina de Evangelización y Vida Familiar
La evangelización puede parecer algo misterioso. Por mucho tiempo creí que el proceso de conversión de una persona consistía en contestar preguntas sobre la vida de Jesús y los sacramentos, y que en determinado momento la persona elegiría hacerse discípulo de Jesús. Pero además de eso, no sabía nada de lo que ocurría en el proceso de alguien que había estado perdido y había sido encontrado.
Por no conocer el proceso de conversión, tenía la idea errónea de que tenía que ser un “experto” para poder acompañar a otra persona a elegir la fe. Así que me limitaba a tener las respuestas correctas a las preguntas comunes sin asumir un rol más personal en el proceso.
Quizá tu experiencia sea la misma. A veces creemos que la evangelización es una tarea “extra” para aquellos que saben mucho, que están muy bien preparados o motivados y que tienen mucho tiempo libre. Pero el papa Francisco nos dice lo contrario:
“…sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea solo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados” (Alegría del evangelio, 120).
Cada bautizado tiene la misión de evangelizar. El papa san Pablo VI incluso nos recuerda: “Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar…” (Evangelii nuntiandi, 14).
Pero la razón que nos lleva a no querer evangelizar no se debe a que no nos preocupamos de que otras personas estén alejadas de Dios: todos tenemos a familiares o amigos que nos importan. Más bien, se debe a que no estamos bien preparados para hacerlo. No tenemos ni el conocimiento ni las habilidades para sentirnos seguros a la hora de evangelizar. Lo bueno es que sí existe una formación que nos puede preparar… y no es necesario tener una maestría en Teología para ponerla en práctica.
Etapas de conversion
Sherry Weddell, en su libro Formación de discípulos intencionales, presenta los resultados de un estudio sobre el proceso de conversión. A pesar de que el camino de cada persona es único, la investigación descubrió que hay cuatro “etapas” generales que una persona atraviesa. Esta información es clave, ya que nos ayudará a comprender mejor el camino de nuestros familiares y amigos hacia Cristo.
Para entender y utilizar estas “etapas”, nos ayuda recurrir a la imagen de un camino hacia la cima de la montaña. Imagina que un amigo ha emprendido el camino, pero en el proceso debe pasar por obstáculos que lo pueden confundir. Entonces te llama para pedir ayuda. Pero ¿cómo puedes ayudarlo? Primero tienes que saber en qué etapa del camino va; de esto dependerá tu ayuda.
A continuación, te mostramos cómo puedes ayudar a alguien más según la etapa en la que se encuentre.
Confianza
Consejos para ayudar a alguien a atravesar esta etapa:
- Haz promesas y cúmplelas.
- Encuentra la manera de relacionarte con ellos a un nivel personal y humano.
- Recuerda los detalles importantes sobre su vida.
- Disfruta estar con ellos.
- Escucha su historia.
Señales de que la persona ha cruzado esta etapa:
- Se ha construido un puente de confianza.
- Puede ser que pasen a confiar en la institución de la Iglesia (aunque es inusual).
- Han llegado a confiar en una persona que es un discípulo de Cristo.
Curiosidad
Consejos para ayudar a alguien a atravesar esta etapa:
- No tengas miedo de mencionar a Jesús en tus conversaciones.
- Comparte tu testimonio.
- Comparte historias de los Evangelios sobre Jesús.
- Comparte historias de la vida de los santos.
- Haz preguntas para hablar sobre temas espirituales.
- Evita la apologética y enfócate en Jesús.
- Corresponde a su nivel de curiosidad.
Señales de que la persona ha cruzado esta etapa:
- Quieren saber más sobre Jesús.
- Les llama la atención las cosas cristianas.
- Hacen preguntas.
- Nota importante: Aún no están listos para cambiar. Su curiosidad aún no implica que quieran intentar algo nuevo, asistir a un evento o cambiar sus hábitos.
Apertura
Consejos para ayudar a alguien a atravesar esta etapa:
- Intercede por ellos para que se abran a recibir el evangelio.
- Toma la iniciativa, no esperes a que ellos te busquen.
- Ayúdalos a relacionar una cosa con la otra para ver la imagen completa.
- Pide una señal.
- Ora con ellos en voz alta.
- Ten paciencia (suele haber varias invitaciones antes del gran “sí”).
Señales de que la persona ha cruzado esta etapa:
- Aceptan su apertura a cambiar.
- Están dispuestos a participar de manera activa en su curiosidad e interés de la fe.
- Están dispuestos a intentar nuevas cosas, asistir a eventos o a cambiar hábitos.
- Esto puede ser el resultado de acontecimientos importantes en la vida.
Búsqueda
Consejos para ayudar a alguien a atravesar esta etapa:
- Sé un modelo de la vida cristiana para ellos en los altibajos de la vida.
- Preséntales a otros discípulos.
- Mantén el enfoque en Jesús.
- Comparte el kerygma con ellos.
Señales de que la persona ha cruzado esta etapa:
- Están considerando seriamente la invitación de Jesús de aceptarlo en una relación íntima y de toda la vida.
- Tienen mayor conciencia de su pecado.
- Están considerando “el costo del discipulado”.
- Se podría comparar a un “noviazgo con propósito”.
Conversión inicial
¿Cómo ayudamos a alguien a pasar de la búsqueda a la conversión? Hacer una invitación clara, directa y personal de convertirse en un discípulo de Jesús.
Este artículo se publicó en la edición de la revista de El Pueblo Católico titulada «Evangeliza como solo tú puedes hacerlo». Lee todos los artículos o la edición digital de la revista AQUÍ. Para suscribirte a la revista, haz clic AQUÍ.