A medida que la Iglesia se prepara para el gran Jubileo de la Redención 2033, la arquidiócesis de Denver recientemente presentó un nuevo ícono titulado “María al pie de la Cruz”, escrito por Elizabeth Zelasko, una artista sacra católica local.
“El propósito del arte sacro es ayudarnos a orar, orar juntos y centrar nuestros pensamientos en las verdades trascendentes de nuestra fe”, dijo Elizabeth. “Tuve muchas horas para sentarme con la Virgen María al pie de la Cruz mientras pintaba. Pensé en la magnitud de ese momento, su Inmaculado Corazón atravesado por una espada, el maligno perdiendo y su gran amor por nosotros y por nuestra arquidiócesis. Oré por todos ustedes mientras trabajaba. Que esta imagen sea una bendición para ustedes”.
La develación se produce a media que la Iglesia inicia el período público de una novena de nueve años en preparación para el aniversario dos mil del misterio pascual, que tradicionalmente se dice que ocurrió en el año 33 d.C.
El nuevo ícono será un eje central de la preparación de la arquidiócesis para el jubileo monumental, encomendando nuestra Iglesia local y nuestros corazones a María, la Madre de Dios y nuestra madre.
“De la misma manera que María estuvo presente con Jesús a lo largo de su pasión, nos guiará en la meditación de estos misterios y en la participación en la misión salvífica de Jesús en la cruz”, escribió el arzobispo Samuel J. Aquila en su nueva nota pastoral, “Acompañando a María al pie de la Cruz”, que anunció el nuevo ícono y una novena de nueve años.
“Durante siglos, los íconos han comunicado la riqueza y la belleza de la historia de la Iglesia”, continuó. “Contienen mucho simbolismo y nos ayudan a orar y a entrar más profundamente en los misterios de la vida de Jesús. Nuestro ícono, también, es rico en belleza y simbolismo. Estoy agradecido con Elizabeth Zelasko, una artista de nuestra arquidiócesis, por compartir sus dones al escribir el ícono y explicar sus características únicas.
“Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, rezo para que invoquemos a María diariamente en esta Cuaresma y a lo largo de estos años, preparándonos para el Jubileo del 2033,” concluyó el arzobispo.
Detalles del ícono y cosas para meditar
Retratada al pie de la cruz, la Santísima Madre recuerda haber sostenido a su Hijo cuando era niño. Ahora, después de su pasión y muerte, sus brazos están vacíos y sostiene los pañales de su nacimiento, que guardó durante décadas.
Al ver su dolor, Dios envía dos ángeles para atender a María en este momento de sufrimiento desgarrador.
En un guiño a Nuestra Señora de Guadalupe, Elizabeth incluyó estrellas en el manto de María, recordando también la profecía de Apocalipsis 12,1: “Apareció en el cielo un signo sorprendente: una Mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y tocada con una corona de doce estrellas”.
También hay tres estrellas más brillantes en la cabeza y los hombros de María, que tradicionalmente simbolizan su virginidad perpetua: antes, durante y después del nacimiento de Cristo.
En la esquina superior derecha del icono se puede ver la abreviatura griega “MP ΘV”, abreviatura griega de “Meter Theou”, o “Madre de Dios”.
Según una antigua tradición de la Iglesia, Jesús fue crucificado en el mismo lugar en el que fue enterrado Adán, el primer hombre. Por ello, sus huesos suelen aparecer al pie de la cruz en la iconografía tradicional. En “María al pie de la Cruz”, los huesos de Adán forman una “X C”, que es la abreviatura griega de “Cristo”. Entre los huesos cruzados se encuentra una costilla, que apunta a la creación de Adán y Eva en Génesis y recuerda la identidad y misión de María como la “Nueva Eva”, y el hueso del antebrazo (cúbito), con el que Adán habría extendido la mano para agarrar el fruto del árbol del conocimiento.
Al fondo, se pueden ver las murallas de Jerusalén, que recuerdan que Jesús fue crucificado fuera de los límites de la ciudad (Heb 13, 12).
En la esquina superior izquierda, se puede ver un eclipse solar, que recuerda la oscuridad que se cierne sobre Jerusalén en el momento de la muerte de Jesús (cf. Lc 23,44-45). No solo se oscurece la luz del sol, sino que el cielo alrededor del eclipse se oscurece para enfatizar el momento. Además, el velo oscuro de María contra el halo dorado refleja la forma del eclipse.