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miércoles, abril 17, 2024
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“Aprendemos a ser curas – es como ser papá”

Por: Martha Fernandez – Sardina

Fernando Freddy Londoño Guerra es originario de Pasto, en el sudoeste colombiano. Con 32 años de edad está a punto de ser ordenado al sacerdocio, habiendo sido ordenado al diaconado el pasado el 7 de noviembre para la Arquidiócesis de Denver donde reside desde el 2006. Recibió su formación sacerdotal en el seminario Redemptoris Mater, el seminario arquidiocesano misionero del Camino Neocatecumenal.

“La formación es del Camino, pero nosotros somos diocesanos misioneros”, dice, explicando la diferencia con la formación de los seminaristas en el seminario teológico Saint John Vianney que queda en el mismo campus. “Somos misioneros en el sentido de que venimos de muchas partes del mundo; somos enviados desde nuestra ciudad. Nuestras vocaciones nacen en las comunidades neocatecumenales y, a través del discernimiento de los catequistas, cuando ven que un muchacho está listo para entrar al seminario, lo mandan a una convivencia en Italia y en Italia se hace un envío por sorteo a todos los seminarios Redemtoris Mater del mundo”, explica. “En mi caso yo estaba en Pasto y de Pasto me enviaron a EEUU. Hay otros que los mandan a Europa, a África y así”.

Su vocación surgió en el seno de esta espiritualidad en Colombia: sus padres entraron al Camino Neocatecumenal cuando Fernando tenía ocho años y luego entró a las comunidades cuando tenía 14 años.

Fernando compartió una experiencia muy personal con su papá que lo llevó a entender a Dios Padre y lo que significa ser sacerdote, “padre” cuando le preguntamos ¿Qué significa ser cura?

“La experiencia mía es llevar la misericordia de Dios. Eso fue lo que yo experimenté en mi vida porque yo me preparé para ir al seminario después de un momento de reconciliación con mi padre. Mi relación con él no era muy buena y, a través de la Iglesia, el Señor me ayudó a reconciliarme con mi papá antes de que él falleciese”, cuenta con agradecimiento. “Cuando sucedió eso, cuando me reconcilié con él, mi vida cambió y descubrí el perdón de mis pecados y el amor de Jesucristo. Cuando mi papá me perdonó me di cuenta que no tenía que ser bueno para que alguien me quisiese, sino que alguien me amaba como era. Así no más”.

Esto llevó al Diácono Fernando a darse cuenta que todos tenemos algo de rebelde y Dios-Amor nos acoge en Jesucristo: “Como hijo era muy rebelde, pero me di cuenta que Dios me ha amado porque mi papá, que también se encontró con Jesucristo en la Iglesia; vi que Jesucristo ama lo que Dios ama: a los malos. Y vi que muchos viven la vida de sufrimiento que yo vivía: con problemas, con pecados, con situaciones – y experimenté que a mí Dios me perdona, me ama como soy – y eso quiero transmitirle a otros: que Dios les ama, que Dios les perdona, que el Señor así les ama”. Su papa falleció en abril de 2005 y él entró en el seminario en febrero de 2006.

Compartiendo lo que han significado para él estos años de intensa formación, dice:

“El seminario es un momento de formación, pero después del presbiterado la idea es que esa misma formación continúe. Somos misioneros; fuimos formados para la evangelización de dos en dos, dispuestos a ir a cualquier pate del mundo dondequiera que nos envíen”. Siendo sacerdotes, dice, están dispuestos a ir a todas partes del mundo “a evangelizar, a proclamar la palabra de Dios siempre, de dos en dos porque es un signo y una tradición de la Iglesia que Jesús envió de dos en dos y para manifestar la comunión, el amor”.

En cuanto a la formación continua comparte que ninguna persona deja de crecer en conocimiento de Dios y de Su palabra y en la práctica no deja uno de aprender cómo evangelizar mejor: “Me voy a ordenar, pero yo no sé cómo ser cura. La formación permanente ayuda, cuando los sacerdotes empiezan a contar sus experiencias de cómo es la vida y los desafíos de la parroquia, lo que están haciendo, y están los formadores ya de edad que dicen: ‘Me pasó esto, se puede hacer esto, te ayuda a crecer…” y así también aprendemos a ser curas. Es como ser papá”, dice.

¿Cómo te ha ayudado la formación del seminario?

“Dios llevó al Pueblo de Israel al desierto para que conociese qué era lo que había en su corazón. El seminario para mí ha sido eso: un tiempo de desierto para ver qué es lo que hay en mi corazón – mis debilidades – y cómo Jesucristo me ha formado. Es un buen tiempo en el que el Señor se ha manifestado en Su amor y me ha formado como persona”.

El Diácono ha servido también en otras partes del país y del mundo

“Cuando estuve de misionero itinerante – un momento de misión que hacemos durante el seminario –estuve un año en Guam, al sur de Japón, y dos años en Chicago. En Guam, acompañaba al párroco yo iba donde él iba: en los estudios tenemos la teoría, allá la práctica”, dice con convicción misionera y pastoral.

¿Cómo te ha forjado?

“El sacerdote con el que estuve se llamaba Santiago: me ha forjado su impresionante paciencia. Era muy misericordioso con los feligreses, muy paciente. En Chicago fue distinto: estábamos evangelizando en distintas parroquias”, cuenta.

El Diácono Fernando una vez ordenado servirá en la parroquia Queen of Peace, una comunidad grande y multicultural, donde hay muchos latinos, pero también africanos, filipinos, anglosajones y afroamericanos.

¿Cómo han sido para ti estos meses de diaconado?

“Me ha ayudado mucho, me ha abierto los ojos a la vida de las parroquias, de la evangelización en aquí Colorado. Como estamos en el seminario no tenemos mucho contacto con la realidad de las parroquias al menos cuando vamos a la parroquia que pertenecemos. Siendo diácono estoy asignado a una parroquia. Estoy en Nuestra Señora Madre de la Iglesia (Our Lady Mother of the Church), en Commerce City”. Allí, todos los fines de semana, ha servido en las Misas y en grupos de jóvenes. “Una vez que tuvimos un retiro de los jóvenes para confirmación vi la situación de los jóvenes, lo que hacen, cómo actúan, sus sufrimientos, las dificultades que tienen. También he visto la vida de la parroquia, cómo es la vida del sacerdote”.

El futuro sacerdote celebrará su primera misa en la parroquia Our Lady Mother of the Church el domingo 15 de mayo a las 11:30 a.m. en ingles y a la 1:30 p.m. en español.

Espere este miércoles la historia del futuro Padre Matthew Magee

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