“Nos muestra que esperanza no es una mala palabra”, compartió una persona sin hogar de Christ in the City («Cristo en la Ciudad») que ahora vive en su propio apartamento.
En efecto, este es el resultado de encontrarse con personas pobres y sin hogar, la misión más importante de Christ in the City. “Consideramos que la amistad es lo más importante para las personas en las calles”, dijo Philip Couture, director de formación de los misioneros. “Las personas sin hogar necesitan las mismas cosas que nosotros: comida, refugio y, sí, amistades cercanas. Desafortunadamente, frecuentemente olvidamos esto, convirtiéndolo en una de las mayores necesidades en las calles. Nuestros misioneros experimentan el llamado a entregarse a los que encuentran en las calles, y los ven como un regalo”.
Y después de años de servicio en Denver, Christ in the City ampliará su misión a la ciudad de Filadelfia, Pensilvania.
“Durante 12 años hemos estado en Denver y hemos aprendido mucho sobre el corazón de nuestra misión y de lo que es necesario en otros lugares además de Denver”, dijo Blake Brouillette, director general de Christ in the City. “Desde el principio, muchas diócesis nos han contactado para pedirnos expandir el programa a sus ciudades. Para nosotros era importante estar capacitados, hacer el trabajo de preparación y que fuera algo del Espíritu Santo”.
Christ in the City ha pasado mucho tiempo discerniendo el último punto: la voluntad del Señor para el programa y su misión. Personas que conocen la misión de Christ in the City probablemente recuerdan una expansión a Colorado Springs en el año 2013 que se cerró poco después de poco tiempo. “El ministerio era excelente y el trabajo en las calles fructífero, pero fue un periodo de prueba para descubrir lo que CIC estaba destinado a ser, para desarrollar el programa y su espiritualidad. Aprendimos mucho de esta expansión, nos enfocamos en un solo programa, construimos el programa que es hoy en día, y ahora sentimos que es el tiempo perfecto para expandir a Filadelfia”, aseguró Blake.
Según Philip, una vez que se discernió que Christ in the City estaba listo para expandir su misión, la ciudad de Filadelfia fue una opción obvia para la expansión. “Las misiones de verano de tres semanas en la ciudad, el ministerio fructífero en las calles y la respuesta de la comunidad y de la arquidiócesis: todo tenía sentido. El Espíritu Santo lo hizo muy claro”.
María Bilello, una de las formadoras en Christ in the City, coincide con Philip. Durante su tiempo como misionera en Christ in the City, María organizó una de estas misiones de verano a Filadelfia. Tiempo después, regresó a la ciudad como formadora. Ella es parte del equipo que estará trabajando en la expansión de la nueva misión en Filadelfia. “Estoy muy emocionada de embarcar esta nueva aventura de expansión. Desde mi primer año como misionera, he deseado formar parte de una expansión de CIC. Me siento muy agradecida y honrada de ver cómo Dios cumple ese deseo”, dijo María.
Cuando se le preguntó sobre la misión de CIC en Filadelfia, María compartió las razones por las que esa ciudad es tan especial. “Hay una gran población de personas sin hogar en Philly, y aunque existen muchos recursos, no hay personas tratando de encontrarse con las personas en las calles. También creo que nuestra misión de encuentro es muy necesaria en el noreste. Esta área del país, el noreste, generalmente es muy impulsada por el éxito a paso acelerado e individualista. Esto puede llevar a las personas a ignorarse mutuamente, de no tomarse el tiempo para verdaderamente conocer al ser humano enfrente de uno. En Christ in the City, nos esforzamos por crear una cultura de encuentro en la cual todos son vistos, conocidos y amados. Mi meta es poder fomentar esta cultura en Filadelfia”.
“Preparamos a nuestros misioneros y voluntarios para que sirvan y enfrenten el espíritu de la pobreza, a fomentar una cultura de encuentro, ya sea con las personas sin hogar, con sus comunidades parroquiales, o con sus familias”, dijo Blake. “Nuestro enfoque y meta consiste en formar misioneros de por vida”.
De hecho, muchos de los exalumnos de Christ in the City toman este énfasis muy en serio, sirviendo en varias áreas en la arquidiócesis de Denver, en iglesias, Caridades Católicas, escuelas católicas, el seminario y distintas organizaciones de servicio, entre otras.
Brett Rotz, un seminarista para la diócesis de Helena, Montana, en el seminario St. John Vianney de Denver, es uno de estos ejemplos. Él sirvió como misionero de verano en Filadelfia, una experiencia que recuerda con cariño.
“Parte de mi corazón todavía está con John en Love Park jugando el ping-pong, hablando con Clarence mientras buscaba formas de obtener dinero para visitar a su mamá, pensando en nuestro menú de ensueño para un camión de comida con Pedro y sentando en la acera comiendo un helado con Mark”, dijo Brett. “Aunque yo tenía mis propios deseos y metas en ese momento, Dios tenía un plan mejor para mí y estoy muy agradecido por mi tiempo en Filadelfia, el cual me dio la habilidad de escuchar el llamado a ser sacerdote”.
“Estamos muy agradecidos con la comunidad de Denver, con el arzobispo Samuel Aquila, los sacerdotes, diáconos, los fieles de la arquidiócesis y tantas otras personas que nos han brindado su apoyo, aliento y oraciones para este programa. Nos han ayudado y cambiado la vida de tantas personas en el mundo a través de su generosidad y amistad”, concluyó Blake.
La expansión a Filadelfia comenzará con el nuevo año misionero en agosto del 2022.
