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jueves, abril 18, 2024
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“La verdadera discapacidad está en el corazón”, Marcos Chau

De niño Marcos Chau vivía amargado, se quejaba, se encerraba en el baño y le daba golpes a las paredes. La razón de sus lamentos era una semi parálisis cerebral con la que nació. Además su hermana gemela Ana María es sordomuda. Él le preguntaba al Señor: “¿por qué a nosotros?”.

“No podía entender ante la sociedad que a veces te marca, te hiere, te pone sobrenombres, se burla y te aparta”, comparte Marcos en diálogo con El Pueblo Católico. “Eso iba marcando mi corazón”.

Marcos Chau es un cantautor nicaragüense, quien hoy reside en Miami, y pertenece a la comunidad Siervos de Cristo Vivo. Estuvo recientemente en Colorado ofreciendo un curso de animadores de alabanza y adoración en la parroquia Our Lady Mother of the Church en Commerce City. Tiene cinco producciones discográficas y una de las canciones más reconocidas es “¡Qué grande amor!”, de su autoría.

Marcos pasó de ser un joven triste a un hombre de fe. Y esto ocurrió el 15 de agosto de 1984, en un retiro al cual decidió ir motivado nada más porque iba a asistir una linda muchacha. Pero allí encontró algo infinitamente más bello: a un Jesús que lo amaba tal y como era, que le había dado lo que él necesitaba para ser feliz y darle gloria. Según cuenta Marcos, en un momento fuerte de oración escuchó a Jesús que le dijo: “Marcos, no me importa cómo tú seas, lo que me importa eres tú”. Esas palabras calaron en su corazón. “Le di gracias (a Dios) porque desde chiquito necesitaba una respuesta ante mis preguntas”, testimonia Marcos.

“Llegué a mi casa, le conté a mi familia. Me puse en frente de un espejo y me dije: ´Marcos, tú eres bello porque no fue el hombre quien te creó, fue Dios´”, recuerda. “Y me abracé a mí mismo, comencé a llorar porque el Señor había comenzado en mí una serie de sanación y me di cuenta además de que la peor incapacidad no es la física. La peor incapacidad del hombre está en el corazón”.

Marcos prosigue diciendo: “Si te maltrataron, si te pisotearon, si te abandonaron, si te dijeron que no valías nada, esto a veces llega al corazón, te marca y te incapacita de poder realizar cosas en la vida”.

Y fue en el mismo retiro, donde se encontró con un Jesús que lo amaba, que vio una guitarra: “Me di cuenta de que el Señor iba a utilizar un medio para servirle y era la música”, la cual ha sido su pasión desde que era niño. “Yo escuchaba a Camilo Sexto, Julio Iglesias y toda esa gente y lo imitaba y me integré a un coro, tocaba un atabal, cantaba y después de eso me vine a los Estados Unidos, me integré a un grupo de una parroquia”, recuerda. Y como no había quién tocara la guitarra, él se animó a hacerlo. “Comencé a tocar para retiros, a hacer un ministerio de música y a entrar en esa aventura de la música, a componer”, cuenta Marcos. “Es lindo este ministerio y cuando uno canta con pasión, esto te sana y te libera”.

Marcos se casó con Emma Rodríguez a quien llama una cubana “muy chula” y con ella tuvo a su hija Faith, de 17 años. Marcos asegura que cuando encuentra a alguien con discapacidad lo aconseja diciéndole: “Para Dios no hay nada imposible”. Y también “no digas que no puedes hacer algo. Eso va a impedir tus sueños. El Señor le dará a cada uno lo que necesita para lograr lo que anhela. No hay peor incapacidad que la que está en el corazón”.

 

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