Este artículo fue publicado en la edición de la revisa de El Pueblo Católico titulada “El asombro de la Navidad”. Para suscribirte y recibir la revista en casa, HAZ CLIC AQUÍ.
La práctica de intercambiar regalos en la Navidad es muy común en este país y ha ido crecido en otros países latinoamericanos. En algunos no es tradición dar regalos hasta el 6 de enero, el “Día de Reyes” o la Epifanía del Señor.
De cualquier manera, en sí, no es una práctica esencial de la Navidad. Los padres pueden decidir hacerlo o no. Aunque la práctica de dar regalos en Navidad no es mala, es cierto que con frecuencia se hace de manera errónea, lo que termina por desviar a la familia del verdadero sentido de la celebración.
Demasiadas veces nos dejamos guiar por la comercialización exagerada y dejamos que los regalos tomen el lugar principal de la celebración. Esta es una oportunidad para que los padres sean sinceros con ellos mismos y hagan un examen de conciencia sobre si los regalos han pasado a tomar el protagonismo en la celebración, y qué cambios se pueden hacer para que sus hijos comprendan el verdadero sentido de la Navidad.
Por eso se invita a que los papás reflexionen sobre las siguientes cosas, si es que acostumbran intercambiar regalos, y así eviten que los regalos opaquen el nacimiento de Jesús.
¿Explico a mis hijos cómo esta práctica está relacionada con la celebración principal?
- Explicar a los hijos que nuestros regalos nos recuerdan a los regalos que los Reyes Magos le llevaron a Jesús: oro, incienso y mirra; representando su sacerdocio y su realeza.
- Explicarles que recibir regalos nos recuerda al regalo más grande que recibimos de Jesús: la salvación. Explicarles que intercambiar regalos nos recuerda que cada persona es un regalo de Dios.
- Explicarles que dar regalos creativos a otros nos ayuda a expresar nuestra gratitud por ellos y a salir de nosotros mismos, buscando el bien y la felicidad de esa persona.
- Ayudarles a que preparen un regalo para el niño Jesús: un dibujo, una carta, una flor, algo creativo…
¿Cuándo lo hago?
Si se intercambian regalos la misma noche en que la familia celebra su cena de Navidad y las costumbres principales, entonces hay más riesgo de que los regalos opaquen el verdadero sentido de la celebración. Separar estas costumbres podría solucionar el problema.
Si la familia se reúne la noche del 24 para celebrar, quizá los regalos se pueden abrir el día siguiente, evitando que el niño busque sobre todo eso y valore más las prácticas importantes.
Algunas familias prefieren hacer su intercambio de regalos en la celebración de año nuevo o el 6 de enero: aún durante el tiempo de Navidad.
¿Qué tipo de regalos obsequio a mis hijos?
A veces el tipo de regalo que se obsequia es lo que opaca todo lo demás. No regalar cosas excesivamente caras, sino sobre todo creativas y con significado, puede ayudar a que el regalo no opaque la celebración, sino que la complemente.
¿Se ha convertido en lo principal de mi celebración familiar?
Los papás deben asegurarse de que las prácticas centradas en Cristo tomen precedencia. Estas siguen siendo cosas bellas capaces de suscitar el asombro en los niños, incluso más que un regalo.
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