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viernes, abril 26, 2024

Dios te quiso mujer

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. ¿Cómo deben enfocarse la lucha por sus derechos y su dignidad? El Pueblo Católico entrevistó a Saír del Toro, directora de Magnífica en Los Ángeles. Magnífica es un proyecto de pastoral de la mujer inspirado en las enseñanzas de San Juan Pablo II que en el 2017 abrió su división en español en Colorado.

¿Qué consideras tú que es lo mejor de ser mujer?

“Para mí el regalo más grande que Dios me dio fue el de ser mujer. Él escogió mi sexualidad para desarrollar la misión que tengo en la vida y esa misión es promover la importancia de por qué somos hijos de Dios y la misión y profesión que yo tengo es porque el Señor me la regaló, pero no sin antes haberme mostrado para qué fui creada. Tenemos una maternidad (no necesariamente porque seamos madres biológicas) hacia la humanidad que tenemos que abrazar como la misma maternidad que tiene la Santísima Virgen María con nosotros. Creo que es el regalo más grande que Dios me dio al ser mujer”.

 

Cuando hablas de que todas las mujeres estamos llamadas a ser madres, ¿a qué te refieres?

“A la maternidad espiritual. Yo, por ejemplo, no tengo hijos físicos, pero tengo más de mil hijos espirituales. La maternidad no se mide nada más a través de cuántos hijos he tenido sino a través de cuántos hijos le he regalado a Dios transmitiéndoles su propia palabra. Tú puedes evangelizar y ayudar a otras personas a que comprendan cuál es verdaderamente el camino de retorno al cielo. Eso es regresar la voluntad a Dios para poder llevar en mi persona la misma maternidad que Dios me dio”.

¿Se puede hablar de un recto feminismo? ¿cómo sería este?

“Ahora hay una confusión total del concepto de “feminismo”. La gente cree que ser feminista es tener el mismo trabajo, el mismo salario que un hombre, trabajar las mismas horas. Eso no es un sano feminismo. El feminismo verdadero es saber para qué fuiste creada. El corazón de una mujer no se mide en cuál es tu salario, cuál es la competencia que tienes con un hombre, sino que se mide a través de cuánto ama. El verdadero feminismo es saberse comportar en todas las circunstancias en las cuales vivimos en el mundo moderno. Una mujer ahora trabaja, tiene compromisos que en el pasado no tenía. Es comportante con la dignidad que Dios te dio como mujer para ser un ejemplo de fe. Con tu comportamiento y ejemplo puedes hacer que muchos se transformen porque a veces el ejemplo arrastra mientras que las palabras se las lleva el viento”.

 

El Papa Francisco resalta constantemente la participación de la mujer en la sociedad, incluso dijo recientemente que la mujer no está “para lavar los platos”…

“Así es. En épocas pasadas nos tachaban de que no éramos tan inteligentes como los hombres. Pero la inteligencia no se mide en los libros. La inteligencia también se mide en el corazón. La mujer tiene un sentido que el varón no tiene. Nosotras podemos hacer cinco o seis cosas a la vez porque tenemos científicamente canales en nuestro cerebro mucho más definidos. No tenemos que ser mejores que el varón, sino que tenemos que lograr un equilibrio con él. La mujer en esta época está desarrollándose en ámbitos profesionales que antes no desarrollaba y también dentro de la misma Iglesia. Por ejemplo, una mujer predicadora puede llegar lejos y antes no podía. Ella, además de ser mamá, se sigue educando en ámbitos como ser una gran líder o incluso ser presidente de una corporación.  Pero lo más lindo de la mujer es que no deja de sacar adelante su familia. Sigue siendo el corazón de esa familia que transforma sociedades”.

Y hablando de pontífices… ¿Cuál es el principal aporte de San Juan Pablo II sobre el tema de la mujer?

“Además de la carta apostólica Mulieris dignitatem está el aporte de la Carta a las mujeres, publicada en 1995. También escribió documentos como la Teología del cuerpo donde habla de una recta sexualidad. En la Carta a las mujeres él muestra la dignidad y la naturaleza perfecta que Dios mismo nos da. Él habla de cómo la mujer, a nivel antropológico, fue hecha para dar vida. Cuando un hombre y una mujer están unidos bajo el sacramento del matrimonio, en el momento en que están juntos, donde Dios regala la vida, no solamente Él está regalando la vida, sino que Dios se está haciendo presente a través de la vida en ella. Por eso es que San Juan Pablo II desarrolla la antropología de la mujer en una forma muy bien definida que nos muestra una dignidad y a una forma en la cual la mujer debería sentirse feliz de que el sistema que escogió Dios fue el de dar la vida a través de ella. Carta a las mujeres define el regalo y la perfección que el mismo Dios utilizó en la mujer para poder dar vida. Nos habla también en esa carta sobre los aportes que la mujer da en esta época, no solo a nivel espiritual sino a nivel social; la mujer es un motor gigantesco. Si hay una familia sana es porque hay una mujer. Siempre Dios nos ha dado un lugar muy especial y a veces silencioso y desgraciadamente por culpa del machismo no lo hemos logrado ver, pero no tenemos que pelear por tener un lugar. El lugar está dado. Cristo nos lo dio”.

¿Y qué decir a quien se basa en lo anterior para apoyar el sacerdocio de las mujeres?

“En teoría, nadie era mejor que la Santísima Virgen María para ser llamada al sacerdocio porque era la llena de gracia. Pero Dios le dio otro lugar. Ella dirigió y apoyó a los apóstoles de una manera diferente. La mujer tiene el lugar más especial que Dios le pudo haber dado. Es el de dar vida. No solo biológica sino también espiritual. ¡Quién mejor que María misma para acompañar a los apóstoles cuando se necesitaba de una ayuda específica para ciertas decisiones!”

¿Cómo puede la mujer de hoy equilibrar la vocación de madre y esposa con su inserción en la vida laboral?

“Para ello se necesita tener un buen equilibrio espiritual. La primera llave que debemos poner en la mano es la de sabernos hijas de Dios y saberos amadas por Dios para que a través de esa vocación que Dios te ha dado como madre tú puedas llevarla al campo profesional.  Si tú no te sabes amada no puedes amar. Y si tú no puedes amar es porque hay un vacío muy grande. Las mujeres de esta época traen dones espirituales muy elevados. Lo digo en serio. Son grandes guerreras porque pelean por la familia, por su trabajo y tienen un corazón tan grande que no se dan a medias. Se dan completamente”.

El Papa habla también de la “colonización ideológica” como una amenaza para la familia ¿A qué se refiere y qué peligros trae?

“A la mujer le quieren vender la idea de ser profesionista, no ser mujer. Ser mujer significa también dar vida. Pero a ella la están golpeando fuertemente desde una edad temprana para dejarla estéril mentalmente – no solo biológicamente – para que solo se enfoque en una carrera y una carrera solamente te da logros personales, pero no te da logros espirituales ni te va a llevar al cielo. Este es el gran golpe que nos quieren dar. Muchas ya no quieren casarse, no quieren tener familia. Quieren tener solamente éxitos y no se dan cuenta de que el verdadero éxito no está en la tierra sino en el cielo y pierden de vista la razón para la que fuimos creadas: para ser santas.  Si yo solo quiero profesionista no estoy siendo una mujer completa. Nosotros tenemos muchísimas facetas y podemos hacer muchísimas cosas, pero la principal es ser santas y si yo pierdo este contexto entonces estoy perdiendo la gracia divina que tengo como hija de Dios”.

 

¿Qué características particulares presenta la mujer hispana y qué puede aportar a la comunidad estadounidense?

“El principal aporte que nosotros podemos dar es la fe. Sin la fe este país tendría un desequilibrio muy grande. Vemos lamentablemente que la población anglo no es tan fervorosa como los hispanos. La segunda característica es la familia. Necesitamos una estabilidad en una sociedad que está en desequilibrio, que tiene un desorden sexual, que está desenfocada sobre cuáles son las verdaderas prioridades y podemos ayudar a dar un equilibrio mayor. Otro de los grandes aportes es que una mujer católica que viene a los Estados Unidos es una mujer que tiene valores morales que están muy bien definidos y eso también es una gran ventaja para nosotros porque en cuestión laboral estamos muy bien ubicadas. Esto nos da una ventaja. La mujer latina sabe lo que quiere y tiene un corazón lleno de amor para dar y no solo se conforma dándolo a las familias sino también a todo el que pasa alrededor. Es una mujer que se entrega y que tiene el valor de saberse hija de Dios”.

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Este artículo se publicó el (fecha) y ha sido actualizado para reflejar el cambio de nombre de “Endow Latino” a “Magnífica”.

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