45.6 F
Denver
sábado, abril 27, 2024
InicioConoce tu fe“¿Por qué nos da Dios un ángel de la guarda?” y 12...

“¿Por qué nos da Dios un ángel de la guarda?” y 12 preguntas más

Los ángeles de la guarda (o ángeles custodios) son quizá los ayudantes que más pasan desapercibidos en nuestra vida. Reciben la misión de asistirnos y protegernos, aunque nosotros casi nunca nos damos cuenta de su labor.

El reconocido sacerdote exorcista Chad Ripperger nos ayuda a comprender la misión de estos seres en su libro Dominion, en el que trata sobre la batalla espiritual. Basándose en la Sagrada Escritura y en los escritos de los Padres de la Iglesia y santo Tomás de Aquino, contesta preguntas comunes acerca de los ángeles custodios. Con la ayuda de este recurso respondemos a algunas preguntas frecuentes que nos pueden ayudar a apreciar más a nuestros ángeles de la guarda y a colaborar con ellos.

1. ¿Por qué nos da Dios un ángel de la guarda?

Después de la caída de Adán y Eva, la raza humana sufrió los efectos del pecado original, lo que lo hicieron más débil y propenso al mal. Esto significa que su intelecto y sus sentidos e inclinaciones pueden fallar fácilmente. Por eso, Dios envió ayudantes al ser humano para que lo dirigieran e impulsaran a su fin último, que es el cielo.

2. ¿Por qué creemos que Dios hace esto?

Desde el Antiguo Testamento se menciona a los ángeles como mensajeros y ministros de Dios que llevaban a cabo sus órdenes y que recibían encargos relacionados al ser humano. Vemos, por ejemplo, cómo los ángeles libran a Lot del peligro (Gen 19, 15s) y cómo Dios le promete la ayuda de un ángel a Moisés (Ex 32,34). También se muestra la labor de los ángeles en otros libros, desde Tobías hasta Daniel y los Salmos. El salmo 91 dice: “A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos”.

En el Nuevo Testamento encontramos varios pasajes que mencionan la ayuda de los ángeles, pero Jesús más explícitamente hace referencia a la idea de que Dios envía un ángel a cada persona al decir: “Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial” (Mt 18,10).

3. ¿Creían los primeros cristianos en los ángeles de la guarda?

Sí, tenemos escritos de los primeros cristianos y Padres de la Iglesia que muestran una firme creencia al respecto. Por ejemplo, san Basilio escribe: “Un ángel es puesto a cargo de cada creyente”, y también: “Cada uno de los fieles tiene un ángel a su lado como educador y guía, dirigiendo su vida”.  San Hilario escribe: “Todos los fieles reciben la ayuda de los servicios de estos ministros, según lo que está escrito: ‘El ángel del Señor rodea a los que lo temen a Él’” (Sal 34,8). Jerónimo dice: “Qué grande la dignidad del alma, puesto que cada una tiene desde su nacimiento un ángel encargado de guardarla”. Pero también lo atestiguan muchos otros, como pseudo Bernabé, Hermas, Clemente de Alejandría y Gregorio de Nyssa.

4. ¿Cómo exactamente nos ayudan los ángeles custodios?

Nos ayudan de dos maneras. Por un lado, actúan como nuestros instructores y, por otro, nos fortalecen. En general, los ángeles (así como los demonios) no pueden afectar nuestra voluntad —no nos pueden forzar a hacer nada—, pero sí pueden afectar tanto nuestro intelecto como nuestros sentidos y sentimientos o pasiones.

El ángel guardián afecta nuestro intelecto para el bien. Es decir, sirve como nuestro instructor: propone imágenes a nuestra imaginación que nos ayudan a entender la verdad y juzgar lo que es verdadero y falso para llegar al cielo. También nos ayuda a entender la mejor manera de alcanzar lo que es bueno. Asimismo, nuestro ángel guardián afecta nuestras pasiones para el bien. No nos obliga a querer algo, pero sí nos impulsa a desear lo que es bueno a través de la sugerencia e inclinación de nuestros deseos a buscar el bien.

5. ¿Cómo podemos saber si un impulso o sugerencia proviene de nuestro ángel guardián?

Debido a que los ángeles guardianes nos impulsan a realizar lo que ya deberíamos hacer según nuestra naturaleza creada por Dios, es difícil saber si una inclinación viene de nuestro ángel guardián o solo de nuestra naturaleza. De hecho, es más fácil detectar la actividad de los demonios, explica el exorcista, ya que ellos nos sugieren cosas contrarias a nuestra naturaleza.

Sin embargo, este discernimiento puede ser limitado, ya que a veces nuestro entendimiento sobre la verdadera naturaleza humana está torcido. Por lo tanto, lo importante es saber que, si nuestra vida va de acuerdo con el orden natural establecido por Dios, entonces podemos estar seguros de que nuestro ángel guardián está actuando y que lo estamos dejando. Por supuesto, esto requiere que aprendamos más sobre el plan de Dios y cómo creó al ser humano para deshacernos de ideas falsas que hemos aceptado sobre el ser humano y su propósito.

6. ¿También nos protegen los ángeles custodios de los demonios y las malas influencias?

Sí. Santo Tomás dice que el concepto del ángel guardián en sí implica que nos protegen de los demonios y de otros daños físicos o espirituales. Pueden ayudarnos a evitar relacionarnos con personas o participar en situaciones que puedan causarnos daños corporales o espirituales.

7. Si nos protegen, ¿por qué aún nos pasan cosas malas?

Aún podemos experimentar el mal o el sufrimiento por dos razones: porque nosotros voluntariamente elegimos hacer lo que nos aleja de Dios o porque Dios lo permite para sacar un bien mayor. Por ejemplo, el exorcista indica que, si una persona no llega al cielo, no será por la negligencia del ángel guardián, sino porque la persona eligió hacer lo contrario a la ley de Dios o a lo que el ángel le sugería. También dice que en ciertos casos Dios permite sufrimientos corporales o ataques diabólicos por el bien de la persona y su avance espiritual.

8. ¿Cuándo envía Dios a nuestro ángel de la guarda?

Existen varias tradiciones al respecto. La más común entre los teólogos y filósofos hoy día es que Dios envía al ángel custodio a una persona desde el comienzo de su vida. Otros teólogos sostienen que Dios envía al ángel a la hora del nacimiento, pues se ha considerado que el ángel guardián de la madre también cuida del bebé en el vientre. Aunque no lo podemos saber con certeza, otra posibilidad es que el bebé en el vientre reciba tanto la protección de su ángel custodio como la protección del ángel de su madre.

9. ¿Es posible tener más de un ángel custodio?

Sí es posible, aunque tradicionalmente se ha considerado que esto depende del nivel de responsabilidad que ciertas personas tienen en la sociedad o de su papel en el plan de Dios. Santo Tomás considera que ciertas personas que desempeñan una función importante en la sociedad o la Iglesia reciben otro ángel guardián para ayudarlos. Esto implicaría que el papa, los obispos, los sacerdotes y los diáconos reciben un ángel específico según su rango para asistirlos en su misión. Esto también incluiría a presidentes, reyes, gobernadores, alcaldes, etc.

10. ¿Tiene los países, grupos u organizaciones un ángel de la guarda único?

Los Padres de la Iglesia ya hablaban sobre el hecho de que los ángeles son asignados a ciertos países con el fin de llevar a las naciones a Dios. San Basilio escribe: “Hay ángeles designados para encabezar a países enteros”. San Clemente dice: “Dios dio la filosofía a los griegos a través de los ángeles […]. Las naciones se han distribuido entre los ángeles”. Asimismo, el ángel que se apareció a los tres pastorcitos en Fátima dijo ser el Ángel de Portugal.

Los teólogos también han especulado que es posible que otros grupos reciban un ángel custodio único, como familias, grupos étnicos, provincias, ciudades, parroquias, movimientos, etc.

11. ¿Podemos nombrar a nuestro ángel de la guarda?

El padre Chad Ripperger explica que, en el caso de los ángeles, su nombre indica su esencia. Por ejemplo, san Miguel significa “el que es como Dios”, y Rafael, “la medicina de Dios”. Por ello, lo apropiado es que solo Dios les dé un nombre, algo que ya hizo cuando los creó. Además, solo el que tiene autoridad sobre algo o alguien puede nombrarlo. Si un extraño nombrara a un bebé en oposición al deseo de sus padres, nadie lo tomaría en serio, explica el exorcista.

Asimismo, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aclaró: “Hay que rechazar el uso de dar a los ángeles nombres particulares, excepto Miguel, Gabriel y Rafael, que aparecen en la Escritura” (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 217).

12. ¿Podemos preguntarle su nombre?

El exorcista dice que tampoco es apropiado preguntarle al ángel custodio su nombre, ya que, cuando buscamos conocimientos que no son necesarios para nuestra salvación o que no nos llevan a ella, los demonios pueden involucrarse. En otras palabras, incluso si uno escuchara una respuesta, no sería posible saber si esa respuesta en verdad vino del ángel o de Dios, o si el diablo intervino, o si simplemente fue nuestra propia imaginación.

Lo mismo vale para las personas que dicen haber tenido una experiencia religiosa en la que se les reveló el nombre, explica el sacerdote. Aún en esos casos es imposible saber si fue el resultado de las reacciones emocionales de la persona o si un demonio intervino de alguna manera.

“Incluso las personas que pudieron ver a su ángel guardián todos los días de su vida, como el santo Padre Pío, no tenían un nombre para su ángel guardián, porque nunca se les reveló”, dice el sacerdote.

13. ¿Por qué es importante que sepamos esto?

Saber al menos de forma general lo que nuestro ángel guardián hace por nosotros nos ayuda amarlo, a cooperar con él y a tenerle una devoción más grande. La esencia de cada ángel está marcada por la misión que Dios le encomendó. Desde el comienzo de su creación, cuando los ángeles tuvieron que elegir entre Dios y ellos mismos, ya sabían a qué persona serían asignados. Por ello, el sacerdote explica que, de cierto modo, “la primera decisión de los ángeles guardianes fue amar a la persona a la que tendrían que proteger” por mandato de Dios. Ellos nos aman porque desean nuestro bien. Nosotros podemos amarlos también al conocer su misión y cooperar con ellos al esforzarnos por la santidad y seguir a Cristo día tras día.

Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez fue el editor de El Pueblo Católico y el gerente de comunicaciones y medios de habla hispana de la arquidiócesis de Denver.
Artículos relacionados

Lo último