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sábado, abril 27, 2024

El Efecto Francisco

Hace sólo un año, todos los católicos vivimos una experiencia tan fuerte que parecía algo irremediable. ¡El Papa Benedicto XVI renunció! Pasamos días muy intensos de estupor y desconcierto ante un gesto histórico, que poco a poco, pasado el primer impacto comenzamos a entender como un acto lleno de humildad y fe en Jesús nuestro Redentor, quien guía a su Iglesia.

Muchos sintieron miedo, como los apóstoles en medio de la barca durante la tormenta: “Se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: «¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!»”.webCNA_51a53f7dd857d_20703Stephen Driscoll

Luego de la elección del Papa Francisco, fuimos testigos de un fenómeno asombroso; en pocas semanas brotó desde todos los ángulos del mundo una simpatía, un afecto y una entrega inesperada hacia el Vicario de Cristo, suscitando expectativas de cambio, que pocas semanas antes, parecían imposibles: escenas de devoción y  un consenso en los medios, muchos de ellos ubicados entre los peores enemigos de la Iglesia.

Pasaron los meses y el fenómeno aumentaba. Se hizo visible en las Audiencias de los miércoles, donde la intensidad vital de los encuentros semanales y la cantidad de personas en la Plaza San Pedro adquiría nuevas dimensiones; y a escala internacional se vio en el encuentro inolvidable con los jóvenes en Río de Janeiro, seguido por cientos de millones de todo el mundo gracias a la televisión; y para terminar, también destacó su presencia casi permanente en las noticias y en Internet.

¿Qué ha sucedido?

¿Cómo entender este fenómeno que luego de un año podemos llamar con toda justicia el Efecto Francisco?

La figura de Papa Francisco en este primer año de Pontificado ha trasformado las percepción del mundo sobre la Iglesia en algo esencialmente positivo, bello y edificante, en algo digno de respeto y admiración. Todo alrededor de un pontífice que ha logrado llegar a la gente, que ama a los pobres y a los enfermos, que invita con humildad y valentía a todos los católicos a ser mejores, a la conversión, y a evangelizar este mundo con su ejemplo de vida.

El Papa nos invita todo el tiempo a construir nuestras vidas sobre terreno sólido, sobre la roca sólida de la fe en la Persona de Nuestro Señor. Aquel que al ser despertado durante la tormenta dijo “«¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?». Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma” (Mt. 8, 24-26). Pues es el Señor la fuente de nuestra seguridad y nuestra verdadera paz.

Un milagro patente

foto de  Angelica Rocha webHemos sido testigos de un milagro durante este primer año de Pontificado, una gracia especial. El mundo, por un momento, ha abierto el corazón a Pedro, el Papa. Y él está predicando en medio de esa corriente de simpatía, cosas muy fuertes y radicales a partir de la fe. Invita a la sencillez y a la humildad, invita a creer en la presencia del demonio, y a combatirlo con una vida santa. Invita a la devoción hacia los santos y a rezar en frente de la Eucaristía, para lograr la paz en el mundo, como en Siria y Ucrania. Invita a los políticos a decir la verdad, a ser mejores, a curarse de la corrupción y a defender la vida y la familia. Invita a los obispos y sacerdotes a ser más santos y siempre menos mundanos.

El mensaje del Papa está en perfecta sintonía con el Evangelio, con la fe de la Iglesia y con sus amados predecesores, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, a quien no deja de pedir consejo y de cuidar con afecto constante. Como todos ellos en su momento, Francisco continúa con el servicio apostólico, con renovada energía física y espiritual.

El reto de optar

No es la primera vez que ocurre un fenómeno explosivo alrededor del nuevo Vicario de Cristo y que el mundo queda fascinado por el nuevo Papa. Pero luego poco a poco, se aleja entristecido, como el joven rico, porque tenía demasiadas riquezas y no las quería dejar. Esta vez, como siempre, el gran reto será si el mundo está dispuesto a amarlo con las obras, es decir si está dispuesto a cambiar su corazón y su estilo de vida.

Si el mundo no cambia, una vez más, como con el joven del Evangelio, Jesús lo seguirá con la mirada, amándolo, pero respetando su libertad. Nos habrá enviado un nuevo discípulo, un nuevo Papa para guiar a la Iglesia y al mundo, pero a pesar de escucharlo con entusiasmo, muchos no lo seguirán.

Un gran momento

Time Magazine and Pope Francis web

 

Éste es el momento de los cristianos, de los discípulos; ¡Éste es nuestro momento! Es hora que entendamos que nos toca

Si no demostramos nosotros que las palabras del Papa nos mueven a cambiar, poco a poco el mundo se irá acostumbrando también a Francisco, alejándose una vez más, y la esperanza que el Papa ha despertado, se entibiará y perderá.pasar a la acción, actuar humildemente pero firmes como cristianos y ayudar al Papa a evangelizar el mundo. Salgamos a la calle, vayamos a las periferias, todas; cada uno a la que tiene cerca. Y hagamos apostolado, convencidos como el Santo Padre, que “un anuncio renovado ofrece a los creyentes, también a los tibios o no practicantes, una nueva alegría en la fe y una fecundidad evangelizadora” (Evangelii Gauidium 11).

Hay una gran credibilidad evangélica en el Papa Francisco; su testimonio cristiano es muy creíble, hay en él una síntesis entre la Palabra proclamada y la persona de carne y hueso que produce una gran emoción; como si una secreta esperanza de ver a la Iglesia como santa, en personas de carne y hueso, se hiciera realidad.

Ayudemos al Papa, ayudemos a Cristo nuestro Señor, siendo más cristianos.

* Enrique Elías es Procurador General del Sodalicio de Vida Cristiana. Vive en Roma y es colaborador de El Pueblo Católico. 

 


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