El 8 de agosto, cuatro incendios comenzaron a arder en Maui, Hawái, causando una devastación y cobrado la vida de más de 100 personas hasta el momento.
El papa Francisco envió un telegrama a la diócesis de Honolulu en los días siguientes expresando “su solidaridad con todos los que sufren esta tragedia, especialmente aquellos cuyos seres queridos han muerto o están desaparecidos”. También aseguró “las oraciones por los fallecidos, heridos y desplazados, así como por el personal de primeros auxilios y de emergencia”.
“Como señal de su cercanía espiritual, el Santo Padre invoca voluntariamente sobre todo el pueblo de Maui las bendiciones de fortaleza y paz de Dios Todopoderoso”, decía el telegrama.
Unimos nuestras oraciones con el Santo Padre y la Iglesia universal para orar por todas aquellas vidas que se perdieron y se vieron afectadas por los incendios en Maui. Hasta el momento, todavía no están totalmente contenidos y los bomberos continúan con sus heroicos esfuerzos para extinguirlos.
Para aquellos que deseen donar para ayudar a reconstruir todo lo que se ha perdido, la diócesis de Honolulu ha creado una página de donaciones para la Fundación de la Comunidad Católica de Hawái.
“Cada donación, sin importar la cantidad, desempeñará un papel crucial para ayudar a reconstruir vidas y restaurar la esperanza”, escribió en una carta el obispo Larry Silva de la diócesis de Honolulu.
