“Es el abrazo de Dios”. “No tengan miedo”. “Uno sale libre y feliz”. “Y si hace mucho que no te confiesas, no pierdas ni un día más. ¡Ve!” Con estas palabras, el Papa Francisco alentó a miles de fieles reunidos en la Plaza San Pedro, y en ellos a toda la Iglesia, a recurrir al Sacramento de la Confesión, porque es una gracia de la que todos nos podemos beneficiar.
“Alguno puede decir: ‘Yo me confieso solamente con Dios’”, dijo el Papa, y agregó: “Sí, tú puedes decir a Dios: ‘Perdóname’, y decirle tus pecados. Pero nuestros pecados son también contra nuestros hermanos, contra la Iglesia y por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia y a los hermanos, en la persona del sacerdote”.
Está bien un poco de vergüenza
El Papa dio respuesta a las distintas inquietudes sobre este sacramento, en una de sus Audiencias de los miércoles. Hablando de la vergüenza frente a la confesión, Francisco dijo que “también la vergüenza es buena… porque nos hace bien, nos hace más humildes. Y el sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión, y en nombre de Dios, perdona”, comentó.
“No tengan miedo de la Confesión”. A pesar de todas las cosas que uno siente cuando está en la fila para confesarse, dijo el Papa, “luego, cuando termina la confesión sale libre, grande, bello, perdonado, blanco, feliz. Y esto es lo hermoso de la Confesión”.
Cuando yo me confieso
En un momento, el Santo Padre compartió su propia experiencia: “Cuando yo voy a confesarme, es para sanarme: sanarme el alma, sanarme el corazón por algo que hice no está bien”.
El Pontífice explicó que el sacramento de la Reconciliación o Penitencia ofrece el perdón de nuestros pecados, como “un regalo, un don del Espíritu Santo que nos colma de la abundancia de la misericordia y la gracia que brota incesantemente del corazón abierto del Cristo crucificado y resucitado”. Y esa gracia, explicó el Papa, trae paz. “Cuando sentimos el perdón de Jesús, ¡estamos en paz! Con aquella paz del alma tan bella, que sólo Jesús puede dar, ¡sólo Él!”
¿Cuándo fue la última vez que te confesaste?
El Santo Padre hizo luego una pregunta para ser respondida en el corazón: “¿Cuándo ha sido la última vez que te has confesado? Cada uno piense. ¿Dos días, dos semanas, dos años, veinte años, cuarenta años? Cada uno haga la cuenta, y cada uno se diga a sí mismo: ¿Cuándo ha sido la última vez que yo me he confesado?” Y luego dijo: “Si ha pasado mucho tiempo, ¡no pierdas ni un día más! Ve hacia delante, que el sacerdote será bueno. Está Jesús, allí, ¿eh? Y Jesús es más bueno que los curas, y Jesús te recibe. Te recibe con tanto amor. Sé valiente, y adelante con la Confesión”.
“Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre… ¡Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta!”, concluyó.
Confesiones en Denver, Colorado
Con motivo de la Cuaresma, a pedido del Arzobispo de Denver, Mons. Samuel J. Aquila, todas las Parroquias de la Arquidiócesis ofrecerán este sacramento durante todo el tiempo litúrgico. Especialmente, este 20 de marzo de 4:30 p.m. a 7:00 p.m., todas las parroquias ofrecerán las Campaña: “La Luz de la Reconciliación está encendida para ti”. Recurre a tu parroquia, y reconcíliate con Dios.
